LECCIÓN DE HUMILDAD

No ha sido solo una lección de humildad sino también de tolerancia, de sabiduría y profundos conocimientos políticos en su País. Le ha enseñado a su pueblo, Los Estados Unidos de América, que sí está preparado para asumir la Presidencia de la República porque es un gran estadista.
Nos referimos a Barak Obama, candidato a la Presidencia de los USA por el Partido Demócrata cuando, en una decisión personal sin precedentes, ha seleccionado a uno de sus mas grandes críticos de la misma y propia agrupación política, para que lo acompañe, dentro de la fórmula demócrata, como su candidato a la Vice-Presidencia; nos referimos al Senador Joe Biden.
Biden afirmó, en diferentes oportunidades, que Obama no está preparado para ser Presidente de los Estados Unidos y esas declaraciones le hubiesen bastado a otro político, para descartarlo totalmente de una candidatura de esta magnitud.
Sin embargo Barak Obama, en el momento de tomar su decisión se inclinó por la gran experiencia del Senador desde 1,972, que actualmente es el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cargo que le ha permitido relacionarse con los mas importantes líderes políticos del mundo. Además es un gran jurista y la Senadora Hillary Clinton, que perdió la nominación frente a Obama, ha dicho de Biden que “es un líder excepcionalmente fuerte y experimentado”. Por su parte Obama dijo de él que “es un hombre que tiene una trayectoria distinguida y es un hombre decente”.
Precisamente por haber seleccionado a este hombre para que lo acompañe en una fórmula que tiene el objetivo de hacer volver a la Casa Blanca al Partido Demócrata después de ocho años de ausencia, es que consideramos que Obama merece la candidatura presidencial porque supo arrancarse del espíritu cualquier sentimiento revanchista y se inclinó únicamente por el beneficio de su Partido y de su Nación.
Tal pareciera que nosotros los guatemaltecos no tendríamos por que preocuparnos por lo que ocurra de aquí al 4 de Noviembre, cuando se efectuarán las elecciones en esta Primera Potencia Mundial, pero siempre se ha dicho, quizá con toda la razón del mundo, que “cuando en los Estados Unidos estornudan, en Guatemala nos da gripe”, en virtud de que, a lo largo de la historia, muchas decisiones que parecieran solo de nuestro gobierno, las han tomado en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Ellos nos han marcado el paso, principalmente desde la invasión del llamado movimiento de Liberación Nacional que obligó a la renuncia de nuestro Segundo Presidente de la Revolución, el Coronel Jacobo Arbenz Guzmán y que sentó en la Primera Magistratura de la Nación al también Coronel Carlos Castillo Armas, en una determinación unilateral del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, en connivencia con unos pocos presidentes que gobernaban en El Salvador, Nicaragua, Honduras y la República Dominicana. A partir de ahí, nuestra historia ha sido otra y las intervenciones en los asuntos internos de Guatemala, frecuentes y de corte muy variado.
Por eso y por muchas otras cosas de índole comercial, político y de seguridad principalmente, tendremos allá en el Norte, un gobierno “gringo” que no nos convenga para nada (como el actual) o que medio nos convenga, si es que se da un cambio de partido.