domingo, 16 de marzo de 2014

BULLYING MOTOCICLÍSTICO:

¿Cuál es la percepción que existe entre los motoristas (que son muchos en Huehuetenango) y sus familiares, sobre la actitud de la PNC y la PMT que se inició hace rato y continúa en esta época cuaresmal en su contra?

Pues como que ambas instituciones han focalizado sus “operativos” para amedrentarlos, sacarlos de la “jugada” y mantenerlos en permanente estado de zozobra.

Todo se inició cuando, para variar, al actual Ministerio de Gobernación, siguiendo el ejemplo de sus homólogos del gobierno anterior (como si fuera la panacea para terminar con los delincuentes motorizados), dispusieron emitir una disposición por medio de la cual todos los motoristas estaban en la obligación de usar un “chaleco naranja numerado” y casco dentro del perímetro de las ciudades.

Esta norma legalizada “a puro tubo”, repudiada por la mayoría de los afectados en el gobierno anterior porque fue un fracaso, no podía tener resultado diferente en el actual gobierno, no solo por lo absurdo del mandato sino ante la inutilidad para controlar a los pocos delincuentes que andan en moto; más bien lo que consiguieron, como ocurrió antes con el chaleco negro, fue que los primeros en adquirir sus adminículos para que no los molestaran, fueron precisamente los antisociales para que todos, los muchos que utilizamos las motocicletas para trabajar y los pocos que las utilizan para delinquir, luciéramos igual a la hora de identificar a quién ha cometido un acto criminal o delictivo; Cuando la PNC o el MP preguntan a los supuestos testigos ¿Vio Ud. quien fue?...De inmediato contestan: “¡Sí! Un motorista con casco y chaleco anaranjado”. Todos los uniformados somos sospechosos.

Se rumora insistentemente, ante las largas colas de motoristas que detiene la PMT por falta de chaleco, que de las multas impuestas, ellos obtienen el dinero para que les paguen sus exiguos salarios. Se dice también que tanto la PNC como la PMT detienen a cientos de  motoristas todos los días, porque son sus víctimas más fáciles y sencillas para extorsionarlos, morderlos y obtener dinero fácil de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que, asustados, les “sueltan” los pocos centavos que llevan para su refacción o su almuerzo, a cambio de que los dejen seguir su camino para el estudio o el trabajo. ¡Ingratos¡

Nosotros preguntamos a unos y a otros: ¿Por qué no intentan emitir remisiones en contra de tanto autobusero que en sus barbas cometen tanta infracción que pone en peligro la vida de quienes viajan con ellos como pasajeros y en contra de la vida de transeúntes y conductores y pasajeros de otros vehículos y además se ríen en su cara? ¿Qué tal sería que se montaran “operativos” (como lo hacen contra los motoristas) para poner en orden a conductores de buses, camionetas, microbuses y similares? ¿Qué “corona” tienen ellos, que hacen lo que se les da la gana y no les dicen nada? ¿Acaso les tienen miedo?

¡Por favor! Dejen de dar la imagen de oportunistas, aprovechados y corruptos. Ambos grupos, PNC y PMT, dan la impresión de que “muerden” porque sus jefes les tasan una cuota determinada que deben entregar todos los días. ¿Será, sereno? Estará bueno pero no sigan “fregando” solo a los pobres motoristas.

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