miércoles, 16 de abril de 2014

I.G.S.S.

Durante el último mes del año anterior, tal como lo comenté en el programa de Radio “La Voz de Huehuetenango” (www.lavozdehuehue.com) que se denomina “La Hora de Huehue” y que se transmite de lunes a viernes desde las 9.30 horas, se acercaron a este servidor algunas personas, profesionales universitarios todos ellos, para solicitar mis buenos oficios ante el Gobernador Departamental para que el funcionario interviniera en la finalización del contrato que un hospital privado de la zona 2, en el Barrio de Minerva, tenía para prestar servicios en el I.G.S.S. en la atención de los pacientes, todos trabajadores y jubilados del Estado. Adujeron una deficiente atención  de ese centro hospitalario comentándome algunos casos lamentables.

            Ni corto ni perezoso y ante aquella solicitud que me pareció simplemente interesada en una mejor atención a los afiliados, me comuniqué verbalmente con el funcionario a quien le trasladé la petición; me ofreció ocuparse de ello.

            No pasó mucho tiempo sin que surgieran más voces de protesta por una u otra cosa, hasta que ocurrió la muerte de una joven señora de 22 años que se desangró en esas instalaciones, supuestamente, por una mala práctica relacionada con un parto.

            Ese lamentable suceso, abrió la “Caja de Pandora” y comenzaron a comentarse mil cosas, todas tristes y repudiables sobre el mal manejo de las relaciones del I.G.S.S. en Huehuetenango, con hospitales, clínicas  y laboratorios contratados. Me dicen que, principalmente, dos familias afectadas, se interesaron mucho en el asunto, hasta lograr que una comisión especial del I.G.S.S. de Guatemala viniera a Huehuetenango a constatar los hechos, olvidando los reportes oficiales.

            Tanto así que en el curso de esta semana que está concluyendo, se produjo el cambio del Director local de la institución y el recién nombrado, en sus primeras palabras como tal, ha confirmado que los cambios presentes y futuros, tienen mucho que ver con las contrataciones de las cuales hablamos y los hechos trágicos ocurridos. Mencionó, palabras más, palabras menos, que era lastimoso que se hubiesen  esperado casos fatales para tomar la decisión.

            Se supone que el I.G.S.S. es autosuficiente a pesar de que el Estado le tiene una deuda millonaria: ¿Por qué entonces no ha construido un Hospital de Primer nivel en Huehuetenango? ¿Por qué no contrata especialistas en cada campo de la salud para atender a los afiliados locales? ¿Por qué tienen que viajar a Guatemala personas discapacitadas (a quienes solo les pagan un boleto en las unidades de Transporte) para ser atendidas allá? ¿Es que acaso los afiliados huehuetecos somos de 2ª categoría?

            Ciertas ONGs que dicen defender los derechos humanos, debieran luchar de verdad para que las cosas, en cuanto al I.G.S.S. en Huehuetenango se refiere, cambien rotundamente para que se brinde la atención que todos merecemos, porque la hemos pagado.

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