“¡PAYASOS!”
Este es el calificativo que le
merecen los integrantes de la CICIG a uno de los dipu-cacos que han sido
señalados de tráfico de influencias y abuso de autoridad en el curso de la
semana que termina; otra de las personas sindicadas de corrupción juraba y
perjuraba ante los medios nacionales de comunicación que, en contra de ella, la
CICIG, jamás podría presentar ninguna evidencia de ilícito porque “yo se me
cuidar”, afirmó; por si eso no hubiese sido suficiente, con arrogancia,
prepotencia y un inadecuado tono de reto, “dio permiso” para que se publicara
lo que hubiese en su contra y…se hizo la luz.
Lamentablemente para ambos, dicho
sea de paso, “representantes” del Departamento de Huehuetenango en esa entidad
señalada como la más corrupta por los guatemaltecos (el congreso de la
república—así con minúsculas--), el Ministerio Público y la CICIG ofrecieron
esta misma semana, una transcripción con video y audio, de una conversación con
el Ministro de Desarrollo Social Leonel Rodríguez, que los incrimina de
manera inequívoca en ilícitos que, en
otros países más civilizados que el nuestro, daría pábulo a la expulsión
inmediata del partido político postulante y baja vergonzosa de la institución a
la cual deberían enaltecer y no avergonzar.
Esa conversación que probablemente
no se hubiese dado a conocer públicamente si la reacción de los dipu-cacos
corruptos hubiese sido diferente, la hemos visto y escuchado por varios medios
televisivos y radiales a nivel nacional, además de que se ha vuelto viral en
las redes sociales; si la catadura moral de los señalados fuese otra, yo diría
que, a estas alturas del partido, estarían tremendamente avergonzados. Pero ya
sabemos que una gran mayoría de los que deambulan por los tortuosos vericuetos
de la partidocracia nacional, como mínimo, tienen piel de cocodrilo (con perdón
de este reptil del orden de los emidosaurios que, para variar, tiene tonos rojizos).
Obviamente nos han hecho recordar
los señalamientos de que han sido objeto en el pasado reciente ellos mismos,
pero también otros “representantes” de Huehue que han, no solo salpicado sino
revestido de porquería el nombre de nuestro Departamento; ¿Recuerdan Uds. a
aquel sujeto, dipu-caco también, sindicado de comandar una gavilla de ladrones
de combustibles? Y ¿Aquel otro “detenido momentáneamente” por la policía, en
perfecto estado de ebriedad, relajeando en un bar capitalino? Y ¿Aquel más
encontrado dentro de un vehículo, inconsciente, luego de varios días de “farra
intensa” con drogas, licor y algo más…? Y…guardémonos
algunos recuerdos inolvidables para otro momento.
Pero “no tiene la culpa él, sino
quien lo hace compadre”; si los vehículos electoreros, mal llamados partidos
políticos, fueran algo serios y no lo que son en la actualidad, nominarían
entre sus cuadros y candidatos solo a personas valiosas, igualmente serias y
más o menos decentes; pero si lanzamos la mirada escrutadora a nuestro rededor,
evaluamos y analizamos su oferta electoral, nos encontramos con “cada cosa”…
que nos pone los pelos de punta.
Todo está tan mal que existen muchas
comunidades a donde pretenden realizar mítines ciertos candidatos que llegan
con las manos vacías; y como no llevan ningún “regalito” para los asistentes,
se han expuesto a que los saquen a “sombrerazos”. Muchas cosas están totalmente
podridas en Dinamarca.
Y seguimos convencidos: Ya no es
solo locura sino una tremenda idiotez “hacer lo mismo una y otra vez y esperar
resultados diferentes”.
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