VEN LA TEMPESTAD…:
…Y no se arrodillan; tal la
expresión popular que ahora se materializa en infinidad de casos principalmente
en el ámbito político; no quieren ver que la guadaña se cierne, amenazadora, a
punto de “volarles la cabeza”, pues ellos siguen con sus malas mañas
pretendiendo enriquecerse aún más de lo que lo han hecho durante estos últimos
años.
Las noticias de los descubrimientos de nuevas estructuras
delincuenciales (nuevas porque hasta ahora salen a luz pública) por parte del
Ministerio Público y la CICIG, no dejan de llenar espacios en prensa escrita,
telenoticieros, radio-noticieros, blogs de distinta índole y redes sociales al
por mayor. Seguro que dentro de esta información que el público absorbe con
inusitado interés, se colarán infamias y calumnias que desprestigian a personas
que no merecen ser involucradas en tanta porquería; por eso, los receptores de
esta información, deben ser muy cautos, analizar y evaluar cada cosa que se
dice y quedarse con lo que tiene visos de veracidad.
Aquí en Huehuetenango se manejó hace días una información
sobre el posible alquiler de una propiedad que no llenaba, para nada, los
requerimientos de una institución semi-autónoma muy golpeada por la corrupción
y que debe encaminarse por senderos diferentes con la ayuda de sus actuales
funcionarios y empleados; era difícil pensar que esto estuviera ocurriendo en
momentos como este en los cuales, la mayoría de funcionarios deben andar “con
pies de plomo”; el precio del dichoso alquiler, con el posible nuevo contrato,
subiría ostensiblemente y los usuarios resultarían demasiado afectados; en vez
de beneficiarlos, el nuevo lugar a donde tendrían que ir, los dañaría
radicalmente.
De pronto, y como quien no quiere la cosa, el funcionario
involucrado en el nuevo contrato, fue despedido del puesto que ocupaba; y
perder un trabajo en las condiciones actuales afecta hasta “al más pintado”. No
se dieron explicaciones, no se supo mayor cosa; pero quienes estábamos
enterados de la situación no pudimos menos que relacionar una cosa con la otra.
Si en efecto así fue, esta sería otra prueba evidente de la contundencia del
título que hoy utilizamos en este comentario: “Ven la tempestad y no se
arrodillan”.
Estamos dentro de una época en la cual muchos están
buscando congraciarse con el círculo de personas que llegarán a puestos
importantes dentro del gobierno que accederá “a la guayaba” el 14 a las 14;
algunos solo tienen en su haber la diz que campaña política que realizaron en
favor del presidente electo; y sin más elementos que su oportunismo, están
buscando que los nombren, por lo menos, gobernador departamental; dentro de dos
grupos dispares que están disputándose los mejores puestos departamentales en
el gobierno, me dicen que hay, como mínimo, treinta candidatos para la
gobernación y ya me imagino cuantos habrá para los otros puestos de relativa
importancia.
Pero deberá existir una selección en donde la idoneidad,
la capacidad y la honradez sean la fórmula mágica; es importante e ineludible
privilegiar la meritocracia; el clientelismo y el oportunismo, signos de la
política corrupta, deben quedar sepultados en un pasado que no debemos permitir
que resucite.
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