lunes, 16 de noviembre de 2015

VEN LA TEMPESTAD…:

 …Y no se arrodillan; tal la expresión popular que ahora se materializa en infinidad de casos principalmente en el ámbito político; no quieren ver que la guadaña se cierne, amenazadora, a punto de “volarles la cabeza”, pues ellos siguen con sus malas mañas pretendiendo enriquecerse aún más de lo que lo han hecho durante estos últimos años.
            Las noticias de los descubrimientos de nuevas estructuras delincuenciales (nuevas porque hasta ahora salen a luz pública) por parte del Ministerio Público y la CICIG, no dejan de llenar espacios en prensa escrita, telenoticieros, radio-noticieros, blogs de distinta índole y redes sociales al por mayor. Seguro que dentro de esta información que el público absorbe con inusitado interés, se colarán infamias y calumnias que desprestigian a personas que no merecen ser involucradas en tanta porquería; por eso, los receptores de esta información, deben ser muy cautos, analizar y evaluar cada cosa que se dice y quedarse con lo que tiene visos de veracidad.
            Aquí en Huehuetenango se manejó hace días una información sobre el posible alquiler de una propiedad que no llenaba, para nada, los requerimientos de una institución semi-autónoma muy golpeada por la corrupción y que debe encaminarse por senderos diferentes con la ayuda de sus actuales funcionarios y empleados; era difícil pensar que esto estuviera ocurriendo en momentos como este en los cuales, la mayoría de funcionarios deben andar “con pies de plomo”; el precio del dichoso alquiler, con el posible nuevo contrato, subiría ostensiblemente y los usuarios resultarían demasiado afectados; en vez de beneficiarlos, el nuevo lugar a donde tendrían que ir, los dañaría radicalmente.
            De pronto, y como quien no quiere la cosa, el funcionario involucrado en el nuevo contrato, fue despedido del puesto que ocupaba; y perder un trabajo en las condiciones actuales afecta hasta “al más pintado”. No se dieron explicaciones, no se supo mayor cosa; pero quienes estábamos enterados de la situación no pudimos menos que relacionar una cosa con la otra. Si en efecto así fue, esta sería otra prueba evidente de la contundencia del título que hoy utilizamos en este comentario: “Ven la tempestad y no se arrodillan”.
            Estamos dentro de una época en la cual muchos están buscando congraciarse con el círculo de personas que llegarán a puestos importantes dentro del gobierno que accederá “a la guayaba” el 14 a las 14; algunos solo tienen en su haber la diz que campaña política que realizaron en favor del presidente electo; y sin más elementos que su oportunismo, están buscando que los nombren, por lo menos, gobernador departamental; dentro de dos grupos dispares que están disputándose los mejores puestos departamentales en el gobierno, me dicen que hay, como mínimo, treinta candidatos para la gobernación y ya me imagino cuantos habrá para los otros puestos de relativa importancia.

            Pero deberá existir una selección en donde la idoneidad, la capacidad y la honradez sean la fórmula mágica; es importante e ineludible privilegiar la meritocracia; el clientelismo y el oportunismo, signos de la política corrupta, deben quedar sepultados en un pasado que no debemos permitir que  resucite.

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