domingo, 4 de abril de 2010

CONTRABANDO

Huehuetenango posee, como todos sabemos, una buena cantidad de kilómetros de frontera con la hermana República de México y desde siempre se ha producido un intercambio comercial lícito e ilícito entre ambos países; esto ha significado la satisfacción de necesidades familiares de ciudadanos en ambos lados de la frontera; eso, no le hacía mal a nadie porque tratándose de transacciones pequeñas sin ánimo de mayor lucro y solo con el afán de sobrevivir, en realidad no afectaba ni las relaciones comerciales ni variación alguna en cuestiones fiscales y aduaneras.
Pero el tiempo ha transcurrido y tenemos que aceptar que los cambios producidos son demasiado evidentes como para que podamos pasarlos desapercibidos; desde que comenzó el trasiego de drogas de todo tipo, Huehuetenango se ha convertido en una especie de “corredor verde” por el que transitan de ida y vuelta, no solamente drogas sino armas, causantes de múltiples tragedias en ambos lados de la región.
El trasiego, hasta este momento, ha sido exitoso gracias a que se han coludido autoridades, comerciantes supuestamente honorables, narcotraficantes y sicarios de ambas nacionalidades, en una “sociedad” que ensombrece la pacífica relación Chiapas-Huehue que antes dio frutos tan positivos. Verdaderas matanzas por toda la región fronteriza son la prueba evidente de la horrenda huella que nos está dejando relación tan tenebrosa.
A la par de ese “corredor” por donde camina la muerte, ha crecido el contrabando de combustibles procedentes de México; camiones cisterna con capacidad para 10,000 galones y mas, transitan diariamente por las carreteras fronterizas, pero no se quedan aquí nada más; siguen su ruta y llegan hasta las fronteras orientales de Guatemala abasteciendo a gasolineras que aprovechan el buen precio de combustibles mexicanos que ellos ofrecen. Ud. que ignora probablemente como se manejan estas cosas, estará comprando no la gasolina o el diesel que ofrecen los logotipos y rótulos que aparecen en los expendios, sino el producto mexicano. Ahora, si eso es lo que desea, bastará que acepte la multiplicidad de ofertas que le aparecen por las carreteras en las que actualmente transita en donde, a la orilla, existen rótulos elaborados con marcador y Ud. puede ver los recipientes de plástico que “saltan a la vista”. Algunos afirman que es tan bueno el negocio que el propietario de un cisterna puede “salpicar”, de Q.35,000.00 hasta Q.50,000.00 que aún así obtendrá una buena utilidad.
Ud. se preguntará: ¿Cómo puede ocurrir esto? La respuesta es: Como se desencadenó el próspero negocio de los llamados “mojados” que hizo millonarios a particulares y “funcionarios”; como está ocurriendo actualmente con las drogas y con las armas; lo podemos definir con una sola palabra que en este momento apabulla, frustra y nos exhibe como uno de los países mas corruptos del mundo: COLUSIÓN.
Sin embargo, ante estos “prósperos” negocios que están cambiando el “status” de sujetos que pasaron de percibir salarios de cuatro a seis dígitos mensuales, nos encontramos con que al comercio del maíz mexicano, en este momento de tremenda escasez en Guatemala, sí le ponen cualquier tipo de cortapisas de manera que nos quedemos sin tamalitos y sin tortillas para la alimentación diaria. Y es que el “maicito” jamás podrá compararse, financieramente, con los otros productos que se trasiegan diariamente.
(Para finalizar, medio en broma) Hasta en esto existe “discriminación” porque el maíz es para los pobres y lo demás...para los “privilegiados”. A los primeros los amolamos y a los otros los “chineamos”.

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