SEMANA SANTA 2010

El Jueves Santo habrá concluido la época de Cuaresma que se inició el Miércoles de Ceniza y que tiene como colofón los principales días de la Semana Santa. La Cuaresma se enriquece con una serie de ritos, principalmente católicos, que marcaron muchas vidas pero que durante los últimos años pasaron a un segundo término, entre otras cosas, por el avance de las sectas religiosas evangélicas.
Esto, unido a la terrible situación de violencia, corrupción e impunidad que nos agobia y a la participación de algunos “estudiantes” de la Universidad Estatal que en determinados sitios urbanos de la República le hacen la vida imposible a los ciudadanos por sus ilícitas actuaciones de delincuencia enmascarada, sitúa a muchos guatemaltecos mas cerca del infierno que de la gloria. Ya no da mucho tiempo, a veces, de pensar en las cosas de Dios y hasta nos podemos olvidar de elevar nuestras plegarias al Cielo en demanda de ayuda, porque preferimos elegir elementos mundanos para la defensa personal y la de la familia.
Tan mal se han puesto las cosas para nosotros que tan solo en esta semana se produjeron dos asesinatos a mansalva en lugares céntricos de donde incluso, uno de los sindicados ya no pudo huir, tal la concentración de personas en el lugar del crimen que dicho sea de paso, es uno de los principales ingresos al Mercado Central. El otro, a pocas cuadras de ahí, en el populoso Barrio de Minerva.
Huehuetenango es ahora uno de los Departamentos del País que, con su permanente estado de violencia generalizada, ha contribuido para que algunos países europeos hayan expedido avisos de prevención para sus ciudadanos indicándoles que si visitan Guatemala, lo harán por su cuenta y riesgo. Algunos harán caso de los avisos de prevención y cambiarán su destino turístico; otros, los aventureros, ya tienen su plan trazado y vendrán “a ver que pasa”. En todo caso, este tipo de alarma de alguna manera, afecta el renglón turístico nacional y consecuentemente impacta la economía tan maltratada de los guatemaltecos. Los mismos con-nacionales lo pensarán dos veces antes de salir con la familia, en un viaje de entretención y descanso. Esta Semana Santa será diferente.
Sin embargo, aquí nos preparamos con la tradicional representación de la Vida, Pasión y Muerte de Jesucristo por las calles de la ciudad en la esperanza de que los ciudadanos que siempre han trabajado para ello se sientan apoyados; se prepara también la celebración de la Serenata del Miércoles Santo, ahora con el apoyo de la PNC y elementos del Ejército Nacional que han sido convocados para brindar seguridad a las personas que asistan a los eventos. También algunas de las autoridades han prometido orden y respeto a las raíces de la tradición. Ojalá lo cumplan.
Por nuestra parte debemos contribuir, para lograr una Semana Mayor con paz y tranquilidad, con un comportamiento público sin excesos y el irrestricto respeto al derecho ajeno de disfrutar su descanso anual sin interferencias nocivas públicas y privadas (lo que es lo mismo que decir sin abusos de las fuerzas de seguridad ni estorbos de los vecinos).
Por lo tanto, deseamos a todos, una Semana Santa digna y en paz.