PUENTE BAILEY

Por medio de una nota escrita por el responsable regional de COVIAL de fecha 22 de Septiembre, dirigida al Alcalde Municipal de Huehuetenango y cuya copia hemos leído detenidamente, nos enteramos de que oficialmente han concluido los trabajos que esa institución realizó en el puente Bailey asentado sobre el llamado Puente de La Unión que comunica las zonas 1 y 6 de la ciudad de Huehuetenango.
Estos trabajos fueron ejecutados con mucha celeridad (sobre todo si tomamos en cuenta la parsimonia conque se toman “las urgencias” en Guatemala), gracias a la actividad desarrollado por el Comité del puente que principió a funcionar desde el momento en que se cerró por primera vez el paso por ese sector.
Inmediatamente después de que se derrumbó el Puente de La Unión construido en el año de 1,890, los integrantes de dicho grupo volvieron a una actividad incansable para lograr que las autoridades del Ministerio de Comunicaciones, Obras Públicas y Vivienda pusieran sus ojos en las necesidades de la cabecera departamental y enviaran de urgencia materiales y una cuadrilla para realizar dichos trabajos rápidamente.
Lo que se planificó y se hizo fue, fundamentalmente, la extensión longitudinal del puente Bailey con el propósito de darle mas consistencia a sus bases a efecto de que su vida útil se extienda lo mas posible mientras se logra que el Gobierno autorice la construcción de un puente permanente que es absolutamente necesario. Los integrantes del Comité han elaborado un documento para el efecto que la mayoría de huehuetecos debemos firmar en apoyo de la gestión.
Pero como no todo es “miel sobre hojuelas” los transportistas interesados en prestar el servicio a las comunidades que cubren ese sector de la ciudad, no están muy contentos con la nota mencionada y suscrita por uno de los jerarcas de COVIAL, porque en ella se pide al Alcalde Municipal, que para proteger la estabilidad del puente Bailey, no se permita el paso de transporte pesado por esa vía, incluyendo autobuses; los microbuses sí tendrían permiso de circular por el puente. Ello ha dado como consecuencia que los propietarios de los buses grandes pongan el grito en el cielo y afirmen, según me han comunicado, que “si no pasan ellos tampoco lo harán los microbuses”; esta actitud es, a todas luces, un signo de prepotencia y de abuso por cuanto pretenden que sus automotores circulen por el puente sin importarles que ello pueda perjudicar las estructuras ahí colocadas que, por ese tipo de abusos, pueden colapsar de nuevo con daño irreparable para quienes viven en el sector.
En estos casos y con auténtica conciencia ciudadana, tenemos que pensar en el sacrificio de los intereses económicos de unos pocos, en beneficio de la estabilidad vital de la gran mayoría; esto es, el interés de las grandes mayorías predomina sobre el de las minorías; no debe arriesgarse la estructura colocada que beneficiará a muchos miles de habitantes, por satisfacer el interés económico de unos cuantos.
Ojalá que los integrantes del Comité mencionado encuentren ahora la colaboración de las autoridades gubernamentales y municipales que deben intervenir en el asunto de manera inmediata para evitar un nuevo colapso que sería desalentador para las familias afectadas.
Mientras tanto debiera atenderse otra de las recomendaciones de COVIAL en el sentido de llenar en el lugar con piedra y cemento, grandes toneles colocados en los extremos del puente a una distancia entre sí de no mas de 2.40 Mts., para evitar que circulen vehículos con un ancho superior; ello será la solución ideal para evitar cualquier tipo de abuso.