domingo, 19 de septiembre de 2010

CONTRADICCIONES

Este es un momento crucial en la historia de Guatemala, de todos los Departamentos y principalmente en la historia de los huehuetecos; seguimos inmersos en una época de lluvia de las mas cruciales que hemos tenido a lo largo de nuestra historia hasta el punto que desde el invierno de 1,949, no había llovido tanto en el País. La destrucción de la infraestructura vial, pésimamente planificada y peor construida, es como una de las peores pesadillas que hubiésemos tenido que sufrir, con el agravante de que los principales funcionarios defienden, a capa y espada, a las compañías involucradas en este desastre que por el momento tenemos en la obra pública.
Por si ello no fuera suficiente la economía de los guatemaltecos no levanta, excepto la de aquellos que hacen piñata con el erario público; en todas partes los signos de la miseria son evidentes, incluso en aquellas familias que reciben mensualmente una pequeña tajada que está muy lejos de ser un aliciente a grupos consanguíneos numerosos en los que tres o cuatrocientos quetzales no significan nada para las grandes necesidades que deben satisfacer. Mas valdría seguir el consejo que los orientales nos legaron hace casi un milenio y que es el único remedio para la miseria: “No regales pescado, mejor enseña a pescar”.
En Huehuetenango estamos saliendo de una semana violenta, salpicada con asaltos callejeros y robos a negocios particulares; pero no se ve que los encargados de perseguir al crimen común y organizado hagan algo por prevenir, evitar o castigar a los responsables. Sí se ven policías y militares pero solicitando documentos y licencias de conducir, patrullas motorizadas en las carreteras, esperando en puntos estratégicos “a ver que les cae”; es posible que ahí los vayan a buscar los delincuentes para entregarse mansamente. Esto significa que los famosos planes de seguridad que se ponen en marcha, nada tienen que ver con el combate a la violencia y a la delincuencia en general.
Mucha tinta se gastó, mucho tiempo radial, televisivo y espacios en internet para referirse a la “remodelación” del Parque Central con fondos de la Unión Europea que se supone que no faltan. Se colocaron láminas de zinc para proteger el espacio pero tuvieron que retirarse porque saltaba a la vista que no servían sino solo para descubrir nuestras múltiples falencias; se retiraron justo en los inicios de la feria departamental; volvieron a colocarse circulando todo el perímetro con la explicación que la obra iba en serio. Cual sería nuestro sorpresa que esta semana (y me dicen que muchos días atrás) nos percatamos que dentro de esas láminas de zinc no hay nadie en horas laborales, ni siquiera alguien que pudiera ostentar el “título” de guardián (y lo tenemos filmado por aquello de las dudas). Están terminando, y de manera muy fea, con el prestigio que en algún momento pudo tener en Guatemala la Unión Europea.
Se han producido muchos accidentes a consecuencia del estado de calles, avenidas, caminos y carreteras del municipio (y obviamente en todo el País); automóviles cuyos “chasises” se han roto por caer violentamente en los cráteres existentes (algunos de esos hoyos los dejaron abiertos porque no se les dio la gana concluir los trabajos y otros por la lluvia), conductores seriamente heridos por accidentes sufridos que tuvieron que ser hospitalizados y esta semana, abuela y nieta, trituradas por las llantas de un bus extraurbano que las arroyó porque se cayeron de su moto por uno de esos mencionados cráteres viales.¿A quien responsabilizaremos de heridos y muertos solo de esta semana? Y ¿Qué hacen las autoridades que rigen el municipio y Departamento? Echarse la culpa entre sí...Lanzarse la pelota tal cual lo han hecho siempre o dar explicaciones parodiando a los merolicos que venden pócimas milagrosas que no sirven para “maldita sea la cosa”. Aquí, unos son culpables por omisión y los otros por acciones negativas; dicho mas fácilmente, culpables por no hacer nada porque el significado que ellos tienen para el pueblo es un hermoso y rotundo cero a la izquierda.
Y mientras el pueblo necesita por lo menos un plan de bacheo con materiales propios para el momento que vivimos, nos encontramos con cuadrillas municipales atareadas en raspar el repello del edificio municipal, lo que nos indica que lo van a pintar justo en ésta época lluviosa y húmeda cuando nadie en su sano juicio haría ese trabajo en su casa. Eso nos indica claramente cuales son las prioridades de quienes ordenaron el trabajo. ¡Válgame Dios!
Quizá este sea el primer capítulo de lo mucho que tenemos que decir al respecto.

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