lunes, 11 de junio de 2012

DESACUERDOS

La semana que termina nos ha dejado un sabor amargo por la manera como hemos visto que se desarrollan los acontecimientos locales, por algunos desacuerdos que existen entre integrantes de nuestro vecindario y que saltan a la opinión pública convertidos en relajos deleznables y en escándalos indeseables. Alumnos inscritos en las carreras de magisterio, que no están de acuerdo con la propuesta de la mesa técnica para lograr cambios de calidad tan necesarios por medio de estudios de mayor envergadura a nivel universitario en quienes quieren convertirse en maestros de las nuevas generaciones, no encontraron mejor camino para manifestarse que el de hacerle imposible la vida a quienes trabajamos para conseguir el pan diario para la familia (y dicen que la economía familiar es una de las bases de su protesta), haciéndonos perder tiempo valioso y obligando a muchas personas que vinieron de los municipios, a gastar mas de la cuenta por haber realizado un viaje inútil puesto que venían a realizar trámites en la SAT que ellos “tomaron”. Parece ser que la inteligencia y la solidaridad no son elementos comunes hoy en día. Esta misma semana surgieron rumores, convertidos en un verdadero escándalo que habla muy mal de quienes lo propiciaron, sobre una ruptura total en el seno de la Corporación Municipal de la ciudad de Huehuetenango, lo cual fue confirmado en los medios de comunicación por protagonistas de ambos bandos (O “bandas”?). Luego de un análisis en el cual se han tomado en consideración las fotocopias de los documentos que han circulado al respecto, se puede llegar a la fácil conclusión que todo deviene del manejo del presupuesto municipal. En este nuestro pobre País, muchas de las actitudes tomadas por “cierta gente”, necesariamente nos hace pensar en un refrán cien por ciento chapín que dice: “No me den… pónganme donde hay…”. Aquí como que todos nos cuidamos hasta de los mas mínimos pensamientos de nuestros vecinos, ya no digamos de las acciones que cada quien toma por su cuenta; la mayoría de nosotros estamos seguros de que lo que el prójimo realiza es porque “a saber qué cantidad de dinero le va a quedar”; para la mayoría, es inconcebible que alguien pudiera estar trabajando en beneficio directo de la población sin pensar en engrosar su billetera. Algunos tendrán sus razones ante las tristes experiencias vividas en que fuimos testigos del descaro y del cinismo como “aquellos” se apropiaron de los dineros del pueblo. Pero tenemos que hacer un esfuerzo por detectar quienes en realidad llegan a los puestos públicos con el único fin de “entrar a saco” contra el erario público. Y al identificarlos, debemos aplicarles el mejor correctivo que podamos encontrar para neutralizarlos total y definitivamente. Diferencias de opinión siempre existirán; pero en un “cuerpo colegiado” en donde se deciden acciones que tienen que ser de beneficio para la población, no caben espurios intereses personales ni mucho menos actitudes negativas imprudentes y con total carencia de pundonor y discreción que aparezcan como tragicomedias y malos ejemplos para la población. Se debe debatir con altura y con la ley en la mano sin que la vileza y la mala “leche”, si es que las hay, salgan a flote alimentando el morbo popular. Vale la pena que todos pongamos oídos sordos a la perversidad y al cinismo de quienes quieren que Huehuetenango siga en el camino de la anarquía e ingobernabilidad que nos atrasó unas buenas décadas durante el período municipal anterior.

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