domingo, 6 de abril de 2014

PARTIDISMO, SINÓNIMO DE ODIO

Hasta hace pocos años, se terminaban las elecciones generales en Guatemala y todo volvía a su normalidad; la gente se olvidaba de las diferencias suscitadas por su integración a los partidos políticos existentes, nadie pensaba en que “nos ganaron” o “perdimos” o “somos los triunfadores” y cada quien a lo suyo, con total tranquilidad.

            Las cosas ahora han cambiado tanto,  principalmente por falta de cumplimiento de las leyes del País; somos testigos de que la campaña política no termina; apenas toman posesión las nuevas autoridades y ya han aparecido los manifiestos, anuncios, mítines, marchas y demás, en donde el o los partidos de “oposición” siguen ofreciendo babosadas que se sacan de la manga, totalmente seguros de que nunca van a cumplir con lo que afirman. Lo único que quieren es asegurarse el triunfo para la próxima A COSTA DE LO QUE SEA y ensuciando ciudades, carreteras, paseos turísticos y lo que se les ponga enfrente.

            Y no me refiero a ningún partido político en particular porque lo mismo han hecho casi todos los existentes y mientras no se rompa en mil pedazos este sistema corrupto, lo seguirán haciendo “ad eternum”.

            Todos sabemos “que es lo que quiere el negro”: Llegar al poder a como dé lugar, pasando sobre lo que sea, engañando a los incautos, mintiéndoles con  ofrecimientos imposibles de cumplir; la mayoría se dejan engatusar y actúan en contra de los adversarios con un odio y un rencor que les sembraron en el alma, convirtiéndose no en activistas, sino en sicarios en potencia, capaces hasta de matar por seguir a un pendejo, perverso hasta mas no poder que lo único que puede, es eso, satanizar y demonizar a sus seguidores en el nombre “del Hijo, del Espíritu Santo y Del Señor”; El Mismo Señor del cual han tomado su nombre para engañar cínicamente a diestra y siniestra; Ese Mismo Señor seguramente les dará su merecido.  “No sea que la tierra os vomite por haberla contaminado…”; “El que haga alguna de estas abominaciones, será cortado de entre su pueblo”. (Levítico 18: 28-29)

            Porque no se vale sembrar odio en el alma de gente, generalmente humilde, fácilmente maleable, para echársela encima a quienes ven las cosas con serenidad, objetivamente y sin sesgos y a quienes estos desventurados les han puesto “el ojo”. Como en otras ocasiones, espero, “les saldrá el tiro por la culata”.

            Pero ¡Cuidado! Los políticos perversos, cual piratas y bucaneros, están prestos a lanzar la orden de ¡Abordaje! Para obtener el botín que eligieron… a sangre y fuego…

            “El que tenga oídos, oiga”; “…porque ellos miran y no ven, escuchan y no oyen, ni entienden”. (Mateo 13: 9-13).

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