PARTIDISMO, SINÓNIMO DE ODIO
Hasta hace pocos años, se terminaban las elecciones generales en Guatemala y todo volvía a su normalidad; la gente se olvidaba de las diferencias suscitadas por su integración a los partidos políticos existentes, nadie pensaba en que “nos ganaron” o “perdimos” o “somos los triunfadores” y cada quien a lo suyo, con total tranquilidad.
Las
cosas ahora han cambiado tanto, principalmente por falta de cumplimiento de
las leyes del País; somos testigos de que la campaña política no termina;
apenas toman posesión las nuevas autoridades y ya han aparecido los
manifiestos, anuncios, mítines, marchas y demás, en donde el o los partidos de
“oposición” siguen ofreciendo babosadas que se sacan de la manga, totalmente
seguros de que nunca van a cumplir con lo que afirman. Lo único que quieren es
asegurarse el triunfo para la próxima A COSTA DE LO QUE SEA y ensuciando ciudades,
carreteras, paseos turísticos y lo que se les ponga enfrente.
Y
no me refiero a ningún partido político en particular porque lo mismo han hecho
casi todos los existentes y mientras no se rompa en mil pedazos este sistema
corrupto, lo seguirán haciendo “ad eternum”.
Todos
sabemos “que es lo que quiere el negro”: Llegar al poder a como dé lugar,
pasando sobre lo que sea, engañando a los incautos, mintiéndoles con ofrecimientos imposibles de cumplir; la
mayoría se dejan engatusar y actúan en contra de los adversarios con un odio y
un rencor que les sembraron en el alma, convirtiéndose no en activistas, sino
en sicarios en potencia, capaces hasta de matar por seguir a un pendejo, perverso
hasta mas no poder que lo único que puede, es eso, satanizar y demonizar a sus
seguidores en el nombre “del Hijo, del Espíritu Santo y Del Señor”; El Mismo
Señor del cual han tomado su nombre para engañar cínicamente a diestra y
siniestra; Ese Mismo Señor seguramente les dará su merecido. “No sea
que la tierra os vomite por haberla contaminado…”; “El que haga alguna de estas
abominaciones, será cortado de entre su pueblo”. (Levítico 18: 28-29)
Porque
no se vale sembrar odio en el alma de gente, generalmente humilde, fácilmente
maleable, para echársela encima a quienes ven las cosas con serenidad,
objetivamente y sin sesgos y a quienes estos desventurados les han puesto “el
ojo”. Como en otras ocasiones, espero, “les saldrá el tiro por la culata”.
Pero
¡Cuidado! Los políticos perversos, cual piratas y bucaneros, están prestos a
lanzar la orden de ¡Abordaje! Para obtener el botín que eligieron… a sangre y
fuego…
“El que tenga oídos, oiga”; “…porque
ellos miran y no ven, escuchan y no oyen, ni entienden”. (Mateo 13: 9-13).
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