PERCEPCIÓN:
Nuestra vida está llena de cosas que nos rodean y
que, de alguna manera, inciden en lo que hagamos o dejemos de hacer diariamente;
unos se ocupan de realizar cosas maravillosas construyendo para hoy o para
mañana; otros por el contrario, solo se ocupan de destruir (o tratar de
hacerlo), evitando el pleno desarrollo y progreso de nuestra comunidad a la que
tanta falta le hacen los líderes positivos.
Pero
es tan grande nuestra comunidad que lo que hagan unos y otros, muchas veces,
pasa desapercibido para la gran mayoría enfrascada en sus propios problemas
personales; ya no queda tiempo para analizar la realidad que nos rodea.
Pregunté,
al azar, a algunas personas que conozco, si sabían de determinados sucesos y
acontecimientos locales y nacionales que, según este servidor, eran de
conocimiento público y afectaban muy de cerca nuestra vida; grande fue mi
sorpresa cuando la mayoría de los consultados, ni siquiera estaban enterados de
lo que pensé que era preocupación general.
Mi percepción está fuera de contexto.
Cuando
se produjeron grandes colas, en estos recientes días, en las oficinas del
Tribunal Supremo Electoral de Huehuetenango, pudimos enterarnos que un
porcentaje demasiado elevado de quienes ahí sufrían los rigores del tiempo,
llegaron para “actualizar” sus datos no obstante haber votado hace cuatro años;
no sabían que dicho trámite no había que hacerlo por cuanto, automáticamente,
no obstante haber votado todavía con cédula de vecindad, ahora pueden acudir a
las mesas electorales del mismo lugar en donde ejercieron esta
obligación-derecho hace cuatro años, sin valladares de ningún tipo.
Total
falta de información porque el TSE probablemente, no pudo o no supo informar
adecuadamente a la población por los medios de comunicación y los ciudadanos no
pidieron dicha información antes de perder su tiempo.
En
este caso particular y ante la afluencia masiva de personas esta última semana,
las protestas en contra de los trabajadores del TSE no se hicieron esperar
aduciendo lentitud y una docena más de cosas; sin embargo olvidamos que por
dejar las cosas para última hora, nosotros somos los verdaderos responsables de
este desaguisado; hay también un fuerte grupo de personas que, por recibir regalos
de los vehículos electoreros (que no partidos políticos inexistentes en
Guatemala), salen de su domicilio, son transportados con evidente peligro para
su vida y colocados en las filas (o colas) porque a cambio de su papeleta de
empadronamiento (que supone compromiso para votar a su favor), les entregan
aunque sea, un casito plástico o dinero en efectivo; les “pagan” su día, pues.
¡Este maldito sistema político económico debe terminar de una vez por todas¡ ¡Y
si de todas maneras iban a hacer esto ¿Por qué no lo hicieron con tiempo para
evitar este desmadre?¡
¡No,
hombre; siguen haciendo las mismas cosas deleznables, indeseables y corruptas
de siempre para hundir definitivamente a nuestro País. ¿Vamos a permitir que
terminen su labor de zapa? O ¿Será solo percepción?
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