CORRUPCIÓN LOCAL.

Mientras la mayoría de guatemaltecos bien informados analiza la difícil situación mundial y principia a tomar previsiones, otros persiguen sin descanso, sus objetivos económicos y políticos bien demarcados, continuando (sin miserias) con el saqueo de las arcas famélicas del Estado guatemalteco.

Ha aparecido la información en los medios de prensa que el Tribunal Supremo Electoral se gastó una millonaria cantidad, absolutamente excesiva, en la adquisición de atriles y mesas para las elecciones;     que el Ministerio de Educación hizo lo mismo para la compra de las “famosas” mochilas escolares; que en el Ministerio de Gobernación la corruptela le cuesta a los guatemaltecos “X” cantidad de millones en muchas de sus operaciones incluyendo contratos para el hijo de la señora ministra; que en el IGSS y en los Hospitales Generales no cesa la influencia del principal señalado, Gustavo Alejos (prófugo de la justicia), que sigue “sacando raja” en la venta de insumos, medicamentos y demás por medio de sociedades anónimas que maneja a su sabor y antojo; él y otros negociantes, no de la salud sino de la vida de los guatemaltecos más pobres, son millonarios “vip” y su fortuna la han amasado sobre la tumba de miles de connacionales, pero eso no les importa. Y así podríamos seguir con ejemplos a cuales mas ilustrativos, pero volteemos la mirada al Congreso de la República.

            Ahí la cosa es aún más difícil: Más de una veintena de diputados re-electos tienen antejuicios encaminados o están señalados de ser contratistas del Estado lo que los identifica como “verdaderas joyas” en el entramado político nacional; pero siguen ahí interviniendo para que el Presupuesto General de la Nación conserve sus privilegios y no se toquen las partidas, por más de veinte mil millones de quetzales, de donde ellos obtendrán “sus mocos”; que los contratos abiertos permanezcan para evitar controles que  perjudiquen sus “movidas chuecas”; en fin, siguen metiendo sus sucias manos para que “haya cambios pero todo siga igual”. Y el Tribunal SUPREMO Electoral ¿Actuará por fin? ¿Tomará una decisión ejemplar y aleccionadora? O ¿Ellos, los diputados corruptos re-electos, seguirán viéndonos la cara?.

            Ojalá tengamos pronta respuesta antes que la población vuelva a las calles y se dé una depuración violenta.

            Pero nuestros ojos  y nuestro análisis también debe posarse sobre los corruptores de la iniciativa privada; sobre aquellos que siempre han defraudado al fisco pagando infinitamente menos de lo que debieran; aquellos que, además de violar permanentemente las leyes del País, tratan de corromper  de mil maneras a los ingenuos que no ven sus millonarias ganancias sin escrúpulos; aquellos que, con tal de enriquecerse, roban, mienten, estafan, difaman, calumnian y son dueños y señores de negocios shucos que los pintan tal cuales: ladrones, corruptos sin vergüenza, indignos de pertenecer a nuestro grupo social.