lunes, 14 de julio de 2008

RESPETO

“El respeto al derecho ajeno es la paz”, tal la expresión del insigne Benemérito de las Américas don Benito Juárez uno de los grandes patriotas mexicanos “culpable” de la creación democrática de una gran nación.
Pero ¿Cuantos hay que a sabiendas, faltan el respeto a su prójimo? ¿Cuántos de nosotros llegamos con puntualidad a las citas e invitaciones que nos formulan? Abusamos del tiempo de los demás valiéndonos, en muchas ocasiones, del puesto temporal que ocupamos.
Se con certeza de una audiencia solicitada a una funcionaria de menor categoría dentro del Gobierno actual; la concedió fijando el día y la hora con precisión; las personas interesadas estuvieron en el lugar antes de la hora, pidieron a una secretaria le informara de su presencia y la funcionaria respondió que les atendería rápidamente. Fue todo lo que ocurrió...No se volvió a acordar mas de que tenía gente esperándola. Transcurrió muchísimo mas del tiempo prudente que alguien puede esperar y ante la falta de...respeto, se retiraron.
Nos preguntamos: ¿Qué se habrá creído esta gente? ¿Es que acaso creen que el puesto temporal que ocupan les da derecho de faltar el respeto de esta manera a personas honorables? ¿En donde ha quedado la formalidad, las buenas maneras, la cortesía, las buenas costumbres? O ¿Debemos pensar que nunca conocieron estos principios y valores de gente de bien? ¿Qué hace un gobernante con “funcionarios” de esta calaña?
Es precisamente por eso que estará siempre en entredicho que se anteponga el título universitario a la preparación y experiencia de una persona para ocupar un cargo determinado; hay muchos “títulos” sin respaldo intelectual y moral; mucha gente ha pasado por la universidad pero la universidad nunca pasó por ellos; existe una buena cantidad de “profesionales” que lo único que poseen es un título universitario pero carecen hasta de “sentido común” que es el menos común de los sentidos.
Por otra partes sabemos de “cuerpos colegiados” que hasta desconocen estos mismos principios y que se pasan la correspondencia que reciben “por el arco del triunfo” sin recordarse jamás de responder, algunos por ignorancia total de sus funciones, otros porque van de una “metida de pata” tras otra y creo que temen hasta de respirar; otros, porque desconocen lo que es la lealtad, base del prestigio y el respeto que podamos generar entre los demás...Y quienes no son leales, no pueden esperar sino que todos les paguen con la misma moneda. Como dice la filosofía popular: “Para un “coche”, un chiquero”.
Estamos conscientes que cuando se solicita una audiencia o cuando se envían notas por escrito a un “cuerpo colegiado”, pueden ser, en algunos casos, simples peticiones laborales que, obviamente, funcionarios e integrantes del “cuerpo colegiado”, tienen todo el derecho de denegar y su decisión merece respeto y se debe acatar por mucho que duela. Lo que es inadmisible es que quienes tienen poder de decisión no tengan ni la educación ni los “tamaños” para hablar o escribir con sinceridad sobre lo que han dispuesto y pretendan encubrir su falta de gallardía y entereza con eufemismos estúpidos y cobardes. Quienes así actúan no merecen ocupar un cargo por nombramiento mucho menos por elección.
Son “los tibios” que La Biblia condena y que el mundo debiera dejar “tirados” en su continuo movimiento de rotación.

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