CELEBRACIONES PATRIAS

Como todos los años por estas fechas, somos testigos de las múltiples celebraciones en homenaje, principalmente de parte de las instituciones educativas, al cumpleaños de la patria: Actos cívicos, conferencias, desfiles variados, bandas escolares en acción, concursos, elección de niñas y señoritas “Independencia”, repartición de diplomas, plaquetas y medallas a personajes del mundo cultural, carreras pedestres y ciclísticas, antorchas (que son acompañados por cientos de escolares) que van y vienen con “la llama de la Libertad” y cuyos participantes recogen un diploma, en el mejor de los casos, o un simple papel extendido por la autoridad (o un representante) que les ha encendido la antorcha. Este esfuerzo a costa de arriesgar su vida en carreteras y caminos de la patria, ES ENCOMIABLE.

Maestros, educandos, padres de familia y pueblo en general, solemos disfrutar de esta “aventura” anual y quienes vemos las cosas desde la comodidad del lugar mas o menos cercano en el que nos encontramos, aplaudimos o criticamos, según nos afecte positiva o negativamente.

Lo cierto es que, como siempre, son los estudiantes quienes generalmente otorgan el mayor esfuerzo y debemos felicitarlos por ello; es esa la forma (ojalá que sea solo una de ellas) como se les enseña el amor patrio.

Además de lo que se entrega en tiempo, dinero y energías para esta celebración, tendría que ir implícita la responsabilidad de los adultos en general, principiando por los padres de familia y maestros, que todos tenemos de inculcar en niños, adolescentes y jóvenes todos los elementos que intervienen para que nos convirtamos en verdaderos patriotas, porque Patria, no es solo la tierra que nos vio nacer; Patria es todo lo que existe en ella: Naturaleza, comunidades, personas, instituciones, etc.

Seremos patriotas cuando cuidemos de nuestro entorno, velando por la conservación de la fauna y de la flora, colocando la basura en su lugar, realizando con responsabilidad y amor lo que a cada quien corresponda; siendo buenos hijos, hermanos y parientes; amantes esposos, inmejorables padres de familia, trabajadores y profesionales de primer nivel; estudiantes dignos y creativos, funcionarios probos, inteligentes e idóneos; ciudadanos dispuestos a velar y luchar por los intereses colectivos; gente honrada dispuesta siempre a otorgar “un plus” adicional en la lucha por un futuro mejor.

Vecinos dispuestos a proteger y amar al prójimo; adultos que, con ejemplos sobresalientes, enseñemos lo mejor y mas honesto que podemos dar para que, principalmente los niños, quieran ser como nosotros y trabajar dignamente por la patria.

Ciudadanos honrados a carta cabal y que con valentía, estemos en la mejor disposición de erradicar de nuestra sociedad la múltiples vilezas que nos rodean, desde los supuestos mendigos inválidos que encontraron su “modus vivendi” con el dinero ajeno, hasta los funcionarios públicos y empresarios de “altos vuelos” que exprimen las escuálidas “tetas” del Estado para convertirse en millonarios detestables y corruptos, pasando por “empleaduchos” y una enorme laya de gente detestable que llegó a vivir del erario público y de las “mordidas” que los y nos envilecen.

Los niños de la actualidad tienen el derecho de aprender exactamente, la diferencia entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre la verdad y la mentira, la sinceridad y la hipocresía, el cinismo y la decencia, entre la procacidad y el respeto y el pudor…

Los niños, nuestros niños, tienen el derecho de que los formemos con la verdad porque “la verdad los hará libres” y auténticos patriotas.