domingo, 20 de julio de 2014

Y AHORA…¿QUÉ VIENE?:

Se terminó el Mundial 2,014 sin mucho brillo para los equipos americanos de quienes se esperaba mucho más; concluyen las “Fiestas Julias” en donde tiene actividad un porcentaje mínimo de los habitantes de Huehuetenango pero que nos mantiene atentos a todos y volveremos a “la normalidad” dentro de un ambiente que no será precisamente el mejor.
            Lo hemos afirmado en más de una ocasión: solo esperábamos que concluyeran estos distractores para que los temas escabrosos a los que debemos enfrentarnos surjan de manera espectacular, vibrante y ojalá sin la violencia de otras épocas.
            Para comenzar, en la mayoría de los medios de comunicación, por no decir que en todos, se está abordando con desmedido interés, el problema que significa la migración de niños hacia los Estados Unidos. La Primera Dama de la Nación, Licda. Rosa María Leal de Pérez, puso el dedo sobre la llaga y el tema se volvió “viral”, como suelen decir en las redes sociales. A la par, las autoridades correspondientes, pretenden iniciar procesos judiciales en contra de aquellos padres que, olvidándose de su deber paternal, han contribuido para que sus hijos viajen en busca del “sueño americano”. Algunos de estos chiquillos (y eso todos lo sabemos) desaparecen o mueren en el intento.
            Pero no son solo los padres a quienes la ley buscará; son también los llamados “coyotes” o “polleros” a quienes, a partir de ahora, perseguirá la justicia con  el propósito de responsabilizarlos de esos viajes inconclusos (en la mayoría de las ocasiones) y de las muchas muertes de niños que hasta ahora, se conocen o se reportan. Los llamados “coyotes”, algunos de los cuales se han convertido en millonarios por los Cuarenta o Cincuenta Mil Quetzales que cobran por cabeza en esta aventura ilícita y presumen de su riqueza con los grandes edificios construidos y las empresas montadas con el dinero manchado con sudor, sangre y muerte de sus “clientes”, no solo serán perseguidos por la ley, sino que se busca aplicarles la norma de extinción de dominio. Esto puede tener resultados diametralmente opuestos: O se encarece el negocio o se terminan los viajes ilícitos y desaparece de una vez por todas el “coyotaje”.
            Y el resultado final que todos esperaríamos es que el Gobierno cumpla con su deber constitucional de “proteger a la persona y a la familia…”; “garantizar a los habitantesde la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona”. Pero a los empresarios corresponde, desde su posición económico-lucrativa, crear suficientes fuentes de trabajo para contribuir a la unión familiar y a la estabilidad social.
            Solo de esta manera nos quedaremos tranquilos en Guatemala.
            Pero este tema pasará y volveremos a estar  “desprotegidos” ante la andanada que ponto nos echarán encima los políticos interesados en las “guayabas” grandes y chiquitas.

            De esto último nos ocuparemos más adelante.

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