POLÍTICA CRIOLLA:
Afirmamos
hace tiempo que casi inmediatamente después de que se terminara el Torneo
Mundial “Brasil 2,014”, se reanudarían las hostilidades entre las diferentes
agrupaciones políticas de nuestro País; sin embargo no contábamos con la
intervención del Tribunal Supremo Electoral que suspendió a algunas de ellas,
sindicándolas de “campaña política anticipada” y esto vino a frenar un poco más
el impulso que ya llevaban, saliendo de la meta antes del disparo inicial y
oficial. Esto ha retardado un poco más las escaramuzas habituales en las
campañas electorales.
Sin embargo a lo interno de cada
agrupación política se está viviendo, como de costumbre, un estira y afloja
como si en ello se les fuera la vida. Cada quien apuesta por ocupar la mejor
posición no importa si para ello tiene que mentir, meter zancadilla, inventar,
calumniar, acusar y cuanta porquería se quiera Ud. imaginar. Y si quien ocupa
actualmente la posición de jefe o quien tiene la batuta dentro del grupo, vive
para…y le encantan los chismes, ya tuvieron los sinvergüenzas para sentirse
como “patos en el agua”. Le llevan y le traen y es su manera de ganarse la
confianza del susodicho, para “desbancar” sin importar el daño que le hacen al
“jefe” quien, al final de cuentas, sufrirá las consecuencias por haber creído
en estos “consejeros” de pacotilla.
Pero, no solo las agrupaciones
políticas, los que se meten a cosas de la politiquería criolla y aún aquellos
que nada tienen que ver, van a estar (y de hecho ya lo están) inmersos y
expuestos a cuanta barrabasada se escribe en algunas “redes sociales”, que se
ha convertido en la trinchera ad-oc para cobardes que se escudan en el
anonimato, en los nombres supuestos para insultar, difamar y convertir cosas
positivas en lo más asqueroso que pueda anidarse en mentes perversas y desenfrenadas
que, como no tienen nada positivo que hacer ni que pensar, se dedican a
elucubrar obscenidades que muy pronto desaparecerán del “mapa cibernético” de
nuestro medio, gracias a la intervención, con tecnología de punta, de las
autoridades correspondientes. Las
personas honorables que tenían tiempo para leer esta inmundicia, se están dando
cuenta que, con solo leerlos, pierden algo de su decencia y dignidad; y si los
apoyan de alguna manera, se habrán convertido en cómplices de auténticos
zánganos que debieran ser expulsados del panal.
Y escribí, casi sin querer, la
palabra cobarde, que es lo mismo que espetarles: pusilánime, timorato,
“encogido”, apocado, “gallina” o collón, si Ud. me lo permite; y en esta lista
se encuadran los anonimistas, los chismosos, los “corre, ve y dile”, los
intrigantes, los cizañeros y además, los oportunistas, los interesados, los
avariciosos, los tacaños, los codiciosos, los ruines y los miserables. La lista
puede seguir pero ¿Para qué? Si Ud. los conoce y los puede señalar fácilmente
con cualquier parte del cuerpo; son inconfundibles.
A falta de argumentos, en esta cosa
que se llama “campaña electoral”, vendrán las descalificaciones entre unos y
otros; cada quien integrará su equipo de sujetos sin nombre que “no tienen ni
madre” para apabullar a fuerza de insultos a sus contrincantes (con honrosas
excepciones, por supuesto), lo que incidirá para que proscribamos, una vez más,
la desafortunada forma de “hacer política” en nuestro medio. “Política criolla”
que los pinta de cuerpo entero.
Sin embargo, si el Tribunal Supremo
Electoral sigue en la misma línea, tenemos la esperanza de que esto cambie un
mucho o tan siquiera, un poco.
Mientras tanto, revistámonos un poco de “la
santa paciencia”.
Y como suele decir
un periodista guatemalteco: “Doy la cara y el nombre”.
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