lunes, 11 de agosto de 2014

SIN CENSURA NI LICENCIA

En el último campeonato mundial de fútbol “Brasil 2,014”, el equipo anfitrión y considerado uno de los principales candidatos para llevarse la copa, cayó estrepitosamente y con un marcador que se consideró vergonzoso, frente al equipo de Alemania que resultó ser el campeón del torneo mundialista.
            Esta fue la noticia que en segundos, le dio la vuelta al mundo; a ese Brasil que había impuesto su ley y su “juogo bonito” durante tantos años, lo habían humillado anotándole nada más y nada menos que siete goles. Millones de brasileños hubiesen querido ocultar, a como diera lugar lo ocurrido, pero eso resultaba poco menos que imposible. La noticia, dolorosa para ellos, invadió los espacios noticiosos, de entretenimiento, culinarios, medicinales, religiosos, etc., porque todos querían ser partícipes de la información.
            La noticia, como todas las que merecen ser divulgadas, también fue comentada por todos aquellos que quisieron hacerlo; en los espacios de opinión algunos fustigaron al Director Técnico, otros a los Directivos, unos más a los jugadores, hubo quienes criticaron acremente al sistema y algunos comentaristas afirmaron que el fútbol brasileño, de capa caída, debía renovar totalmente el sistema utilizado hasta ahora. Muchas de estas opiniones se dieron a conocer aún en programas que nada que ver con el fútbol.
            Ese es el camino de la información: Un suceso, un acontecimiento, una decisión de algún ente importante, genera la noticia que no se debe ni se puede cambiar. El periodista la da a conocer “sin censura ni licencia previa” por “cualesquiera medios de difusión” según la ley. La mayor o menor importancia de la noticia, la valorará el periodista de manera ética y profesional y según a quienes y a cuantas personas afecta; lo que no puede hacer es cambiar de manera perversa lo ocurrido originalmente. Por lo tanto el periodista, repetimos, no es protagonista de la noticia; simplemente cumple con su función de informar. ¿Por qué medios? La respuesta está en la ley: “Por cualesquiera…” y siempre que le den espacio.
            Posteriormente vendrán los comentarios. Como en el caso de Brasil, a lo mejor hubo aficionados desubicados que le echaron la culpa a los periodistas de semejante goleada. Pero la polémica de altura no se centró en el insulto a quienes divulgaron la información, sino sobre la manera de hacer las correcciones pertinentes para que, algo tan negativo como aquello, no vuelva a suceder.

            La información veraz a  veces resulta muy dura para algunos; pero son hechos que no se pueden cambiar si no hay argumentos sólidos para ello.

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