ARRANQUE COMPLICADO:
Luego
de muchos días de actividades propias de una feria departamental como la
nuestra, es un tanto difícil re-iniciar labores en todos los ámbitos, habida
cuenta de que fueron casi dos semanas de “irregularidad” en la vida diaria de
nuestro municipio, si tomamos en consideración que iniciamos el martes 8 con el
primer desfile de parvulitos que ese día tuvo que suspenderse a pesar de que
prácticamente todo y todos, estábamos preparados; por lo menos una escuelita
llegó a su lugar de partida y mucha gente esperaba el paso de los escolares mas
pequeños; no se dio por las razones que apuntamos la semana anterior. De todas
maneras ahí comenzó la historia que afortunadamente no tuvo mayores incidencias.
Pero luego de descanso para unos y
simple irregularidad para otros, es complicado re-tomar el camino y volver a
una completa “normalidad”.
Pero quienes continuaron “trabajado”
sin descanso, aprovechando las oportunidades que la misma feria les proporcionó
y los aparentes descuidos de los ciudadanos, han sido los delincuentes
organizados o no, que siguen haciendo la vida “a cuadritos” a una buena parte
de la población.
Continúan los robos de vehículos con
sus correspondientes altibajos semanales a los cuales ya estamos acostumbrados;
sin embargo ahora se han presentado dos “vertientes” que preocupan más a la
gente decente que a las fuerzas de seguridad, creo. Se trata de los asaltos de
que han sido objeto dos Iglesias, una evangélica y la otra católica, que les
dejaron sin sus correspondientes equipos de sonido, incluyendo micrófonos,
instrumentos musicales electrónicos, bocinas y hasta los cables se llevaron.
Los feligreses y ministros debieran tomar acciones puntuales para que esto no
se repita en ninguno de estos templos.
La otra “vertiente” es que los
asaltantes han hecho varias incursiones a diferentes gasolineras de
Huehuetenango de donde se han llevado, en algunos casos, buena cantidad de
dinero; en la mayoría, cantidades menos fuertes pero que siempre afectan las
finanzas de estos negocios, principalmente aquellos que por nunca vender
combustible de contrabando, no están recibiendo las utilidades acostumbradas en
el tiempo en que todo era legal.
Sabemos que los asaltos a las
iglesias, empresas y domicilios, generalmente se efectúan cuando no hay nadie
en las instalaciones y por lo tanto no se pone en peligro la integridad física
de las personas; solo se llevan lo que pueden y quieren. Pero en el caso de las
gasolineras, los ilícitos ocurren mientras hay personal trabajando y esta gente
que trabaja porque tiene necesidad de llevar el sustento diario a la familia es
la que corre un riesgo de muerte; algunos han sido asistidos por el vecindario que,
a falta de fuerzas de seguridad, actúa por solidaridad; pero la mayoría solo
recibe la ayuda de Dios.
Tengo
información privilegiada que me indica que durante los últimos días, ni una
sola gasolinera se ha salvado de, por lo menos, un asalto. ¿Sabrán esto los
señores de las fuerzas de seguridad?
Pero hay una duda que me “asalta”
sin miserias: ¿Servirá para algo o en su caso, existirá la “inteligencia civil”
de la PNC? O por lo menos ¿Recibirán el apoyo de la “inteligencia militar”?
Porque como estamos, parece que estas expresiones entre-comilladas no existen.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Envíenos sus comentarios. Los comentarios que contengan expresiones soeces o fuera de lugar serán eliminados por nuestro equipo de moderación. Rogamos incluir su nombre y correo electrónico.
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio