¿SOLIDARIDAD?

En los últimos semanarios que se han divulgado en esta misma dirección, desde hace mas de un mes, se ha venido ofreciendo una especie de panorámica de los muchos problemas por los cuales la población de Huehuetenango está atravesando.
Al ofrecerles nuestra versión de lo que acontece, tratamos de ser consecuentes, veraces e imparciales a efecto de no distorsionar en lo mas mínimo, la verdad de los hechos.
No podemos eso sí, ofrecer una descripción exacta de lo que la mayoría de los vecinos han padecido por los problemas ocasionados por el deficiente manejo de la cosa municipal y de los asuntos del gobierno central, que se deriva de la falta de eficiencia de algunos funcionarios nombrados o electos que, en mala hora, ocupan los cargos correspondientes. Si existiera una supervisión adecuada y profesional, exenta de intereses políticos y económicos, muchos cambios se habrían producido desde hace tiempo; pero por esa deficiencia, muchos responsables de nuestras angustias, seguirán “deteniendo la peña” con mucha mas pena y sin ningún tipo de gloria, lo que al fin de cuentas, redundará en perjuicio de una población que no merece este castigo.
Si a esto le sumamos la indiferencia tradicional de ciertos grupos “organizados” que casi nunca se pronuncian cuando los problemas se presentan y principian a hacer crisis (algunos de estos grupúsculos lo único que hacen es “acomodarse”, supuestamente en busca de prebendas, traicionando, como siempre, los intereses y aspiraciones del pueblo), diríamos que la falta de solidaridad hace mella en el espíritu colectivo.
Veamos: En el último proceso electoral se presentaron como una docena de candidatos a ocupar la “dulce y apetecible” poltrona municipal, la mayoría de los cuales no han podido saborear el exquisito manjar que persiguen con tanto afán. Ahora que el pueblo necesita de su presencia y de sus pronunciamientos, esa mayoría, con honrosas excepciones, hace “mutis por el foro”...No dicen ni pío...Se callan, convirtiéndose en cómplices de una situación mas que anómala. Tal parece que solo son buenos para pedir apoyo cuando necesitan ver si “les suena la flauta”; después, si te vi, no me acuerdo.
Los “colegios” o asociaciones de profesionales que por su misma razón de ser, debieran orientar al pueblo y por lo menos, pronunciarse públicamente cuando el caso lo amerita, no dicen “esta boca es mía” y pensarán “que se las arreglen como puedan”.
Sindicatos, diversas asociaciones existentes, organizaciones no gubernamentales, etc., que pregonan a los cuatro vientos su disposición total y absoluta para luchar porque el pueblo “tenga una mejor calidad de vida”, seguramente que seguirán con la misma “cantaleta”, pero solo en los amplios y cómodos salones en los cuales acostumbran reunirse con mucha frecuencia pero, en la mayoría de los casos, sin ningún resultado práctico de beneficio general. Algunos solo sirven para buscar protección de las autoridades constituidas por lo mucho que les conviene, sin importarles que la dignidad del pueblo sea pisoteada. ¿Traición, venta o ambas cosas?
Tal pareciera que nadie quiere “atravesar el río” por temor a mojarse la ropa; no existen pronunciamientos públicos que permitan saber a la población que cuentan con un respaldo valioso; tampoco sabemos de algún grupo que formalmente proteste o por lo menos sugiera soluciones inteligentes y viables ante cualquier tipo de crisis. Tal parece que nos faltara algo hormonal para salir a la palestra en situaciones que podrían ser riesgosas, pero que incidirían muy positivamente en la moral pública, alicaída por la indiferencia y la apatía de sectores otrora muy valientes y sólidos en un mar tranquilo.
¿Falta total de líderes respetables y confiables? ¿Indiferencia, tibieza y apatía ante situaciones anómalas que a todos compete? ¿Desconocimiento o inconciencia de nuestros deberes institucionales, grupales y comunales? ¿Estamos rodeados de “líderes” listos para el zarpazo trapero? O definitivamente falta de solidaridad hacia la familia y la sociedad en la que vivimos...