DISCRIMINACIÓN O PRIVILEGIO
Muchos medios de comunicación tanto locales como nacionales se han ocupado, desde hace poco mas de un mes, del inconveniente ocasionado a la población de la cabecera departamental de Huehuetenango a causa del desastroso manejo del asunto de la basura por parte de las autoridades municipales.
Al paso del tiempo, lo que se inició como una componenda entre varios actores para “sacar de la jugada” a la empresa que había venido prestando el servicio de extracción de los desechos sólidos, se convirtió en un “boomerang” que ha dado al traste con el poco apoyo popular con que contaba el actual Concejo Municipal.
Y es que la mayoría de los sectores de la ciudad han comprobado fehacientemente la falta de previsión, de organización, de relaciones públicas, la falta de eficiencia, en fin, de quienes fueron electos en el último proceso “democrático”.
Se necesita experiencia, se necesita entender en toda su magnitud que la Municipalidad es una institución de servicio a la población y no una empresa para hacer negocios; necesitan entender que una de las competencias del Concejo Municipal es “el establecimiento, planificación, reglamentación, programación, control y evaluación de los servicios públicos municipales, así como las decisiones sobre las modalidades institucionales para su prestación, TENIENDO EN CUENTA LA PREEMINENCIA DE LOS INTERESES PÚBLICOS” (Código Municipal). Uno de los servicios públicos es la “recolección, tratamiento y disposición de desechos sólidos” que debe ser prestado para contribuir “a mejorar la calidad de vida, a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la población del municipio” (Código Municipal).
Lo que demanda el Código Municipal aquí mencionado, no lo están cumpliendo, por lo que desde ya existe “incumplimiento de deberes”.
Las calles de la ciudad, caminos y terrenos baldíos cercanos, estarían siendo aprovechados por parte de la población para lanzar la basura que sale por el manejo de sus hogares; el aspecto que estábamos viendo desde hace mas de un mes es deprimente, pero lo peor es que se principiaron a generar enfermedades en los niños y los ancianos; la época de calor es una amenaza y se cierne sobre nosotros como una “espada de Damocles”.
Ante este triste panorama que, repetimos, corrobora la ineficiencia e incapacidad de quienes tendrían que tener soluciones a la orden del día, nos enteramos que existen sectores de la ciudad en donde nunca han dejado de recoger la basura; son estos las zonas en donde vive el alcalde, su familia, algunos munícipes y funcionarios “con cuello”.
El conocimiento de esto provoca que el malestar se incremente porque, a cambio de lo anterior, había sectores verdaderamente asquerosos convenientemente olvidados por “el tren de aseo municipal”.
¿Qué esperamos? El cumplimiento estricto de sus deberes ante la población o que den un paso al costado para que otros se hagan cargo.
Pero hay una esperanza: Estoy enterado que una persona ha ofrecido un terreno que mide dos caballerías, ubicado camino a Aguacatán, que puede ser utilizado como una opción temporal para vertedero de basura; se había comisionado a una señora para ofrecerlo al alcalde, pero pasaba el tiempo y nunca la recibían; parece que por fin les llegó el mensaje y ahí podrían haber encontrado la solución provisional. Será un respiro para todos.
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