EN BUSCA DE LA SALVACIÓN

Guatemala es un país en donde los políticos están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de continuar disfrutando de las mieles del poder político que también significa poder económico porque muchos de ellos (los politiqueros), no tienen empacho en convertirse en millonarios a costa del erario nacional y municipal.
Se han engolosinado desde el momento en que transitaron las vergonzosas veredas de la tranza, del fruto logrado a base de negocios sucios, de las sabrosas dietas y otros privilegios logrados por no hacer nada en beneficio de la población, que votó por ellos sin saber que “firmitas” llegarían a determinados puestos públicos. Esta parte de la mal llamada “democracia” nos está amargando la vida y empeñando el futuro de nuestros hijos y nietos.
Es un hecho que en buena parte de nuestra historia han existido funcionarios corruptos, pero a la mayoría de los sinvergüenzas que un momento gobernaron, habría que abonarles, por lo menos, la cautela, la discreción para “meter mano”, para robar pues, todo lo que quisieron y pudieron. Pero ahora, algunos de estos “hijos de la politiquería”, no conocen ni han conocido jamás en su vida lo que es la vergüenza, ni mucho menos la dignidad y la ética; hacen sus “movidas” a diestra y siniestra, a plena luz del día presumiendo de “mucho amor a su pueblo” al que están dejando en los puros huesos; y luego del permanente latrocinio, llegan al extremo de presumir y exhibir su nueva posición socio-económica, sin importarles que el pueblo sepa y vea de donde vienen sus lujos.
En la corporación municipal electa en el año 2,007 para infortunio y desolación del pueblo huehueteco, la ambición permitió la división de sus integrantes y, cada grupo por separado, pretende quedar al frente del negocio municipal. Con esta finalidad han formado sus bandos y sus bandas y cada uno formula estrategias para lograr su objetivo. No les han funcionado las fórmulas hasta ahora utilizadas. Lo único que han conseguido, es desenmascarar a sus comparsas, cómplices o compinches, que hasta ahora, habían navegado esgrimiendo las banderas de la honorabilidad y la defensa de los derechos ciudadanos. ¡Que terrible burla y que frustración para los huehuetecos que en un momento dado confiaron en ellos!!
Hoy mas que nunca, cuando el panorama se ha aclarado casi en su totalidad, el pueblo debe exigir la renuncia irrevocable de todos los electos en mala hora, porque es la única forma de terminar el problema existente que se convirtió en una guerra entre bandas opositoras cuya ambición es mas evidente y apabullante. Quienes no han podido hacer algo beneficioso para Huehue en dos años, menos lo harán en el futuro inmediato.
Seguirán transitando caminos para buscar su salvación y no está muy lejos el momento en que se unan de nuevo. Respondamos nosotros con dos peticiones puntuales: Auditoría Forense y Renuncia en Pleno.