domingo, 11 de julio de 2010

OBSTÁCULOS II

Hace algunas semanas-y me parece haber escrito algo al respecto-una empresa constructora (de esas que sobran en Guatemala) y que seguramente fue favorecida con el contrato de remodelación del Parque Central que, como “Espada de Damocles” se cierne sobre la cerviz de la población huehueteca, en una obra propuesta por algún político trasnochado, que va a ser financiada por la Unión Europea con la contraparte del INFOM y apoyada “diligentemente” por otros políticos mafiosos en la búsqueda de protagonismo “prestado”, obstruyó lo que nos va quedando del Parque Central colocando láminas de zinc para techo.
El problema es que la obra propuesta y que no me explico por que razón pretenden efectuar a pesar de todo nunca fue dada a conocer al pueblo en general de la manera correcta ni tampoco hubo, en su momento, “derecho al pataleo” que, tratándose del Parque Central, debieron divulgar extensamente y no solo entre pequeños grupúsculos interesados sin ninguna representatividad popular.
Entiendo que esta es una obra que ninguna persona responsable solicitó habida cuenta de las mayúsculas necesidades prioritarias que, antes de pensar en algo “turístico” y suntuoso, debieran satisfacerse en nuestra ciudad: Agua potable, drenajes, entubamiento de las aguas negras, remozamiento de calles y avenidas semi-destruidas: demolición del antiguo hospital para construir algo verdaderamente valioso (hay muchas sugerencias dignas de tomarse en cuenta) y no una simple propuesta de trabajar parcialmente la reconstrucción del añejo edificio que se nos viene encima.
Pero lo peor es que se sigue manejando el “chantaje-amenaza”: si no lo quieren nos llevamos el dinero para Chiantla. La respuesta de un pueblo digno que no pide migajas no puede ser otra que la que Ud. está pensando...
Pues bien: Hace semanas, escribía, la constructora colocó en el Parque frente al edificio municipal y atrás de las bancas que dan a la 5ª avenida, láminas acanaladas de zinc que fue una señal evidente de que comenzarían a trabajar a pesar de todo; pero no ocurrió nada. Ahí se quedaron las láminas que comenzaron a servir de cobijo para delincuentes y gente indecente que cubría sus actos inmorales amparándose en el resguardo que les brindaban las susodichas láminas.
Desde el programa televisivo “En Línea” hicimos permanentes llamados para que las retiraran ante la proximidad de las Fiestas Julias porque simplemente significaban una falta de respeto a las fiestas patronales de los huehuetecos y al pueblo mismo.
El miércoles de esta semana, alguien de la empresa captó el mensaje en toda su magnitud y ordenó el retiro de las láminas; esta actitud, un poco lenta, nos dice que todavía podemos entendernos si decidimos conversar con franqueza y sobre todo, velando por los intereses sagrados de todo un pueblo.
El interés colectivo siempre será superior a los intereses generalmente espurios de grupos interesados.
Las láminas cayeron como una burda imitación del “muro de Berlín”, pero ambas han tenido que ver y mucho, con el sagrado concepto de la libertad de decisión del pueblo.

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