DENEGATORIA

Consignamos en la columna precedente la denegatoria de que fue objeto, por parte del Tribunal Supremo Electoral, la planilla para la Alcaldía Municipal de Huehuetenango encabezada por el Dr. Hugo Villatoro.
Esta decisión es muy reciente y sabemos que hasta el momento serán pocas las personas que están enteradas de que, en lugar de contar con doce candidatos, ahora nos hemos quedado solo con once.
Conocemos al Dr. Hugo Villatoro desde hace muchos años y sabemos de su honorable trayectoria como empleado y funcionario público, como ser humano y como ciudadano huehueteco de grandes kilates; dentro de su vida pública ciudadana siempre pretendió, a su manera, velar por el bienestar del pueblo en general participando activamente en grupos conformados precisamente para ello. De Hugo, las mujeres y hombres honorables de Huehuetenango, no podrán expresarse jamás de manera peyorativa.
Hoy, ante la denegatoria de la inscripción de su candidatura, según tengo conocimiento, ha dado muestras nuevamente de ser una persona generosa, muy madura, plenamente conciente de los avatares de la vida y capaz de comprender que todos debemos apegarnos a los preceptos legales sean cuales fueren, máxime si nos afectan negativamente.
Hugo no ha “pataleado” como otros, cuando las cosas no le han favorecido; El Dr. Hugo Villatoro no ha vacilado en aceptar los destinos del máximo tribunal electoral de Guatemala, reconociendo que algún error cometieron en su inscripción quienes pretendieron apoyarle y que por ello, esta vez, no puede participar.
Hugo no ha salido como otros “pobres diablos” ni a insultar, ni a pedir que se vote nulo, ni a solicitar que se incline la balanza en algún sentido ni mucho a esgrimir el sable de la venganza diciendo que se convertirá en “homicida o asesino”. Hugo está demostrando que Huehuetenango ha perdido en la arena política a una excelente persona y a un muy buen candidato. ¡Lástima que el error no lo cometieron otros partidos!
Desde esta tribuna en donde la libertad de expresión sí es un símbolo inapreciado y respetado como uno de los principales e inalienables derechos humanos, enviamos un saludo al Dr. Hugo Villatoro, lleno de admiración y respeto por su actitud, recordándole que El Ser Supremo sabe lo que es bueno para cada quien. ¡Que El lo bendiga!