ABANICO POLÍTICO-MUNICIPAL:
El cambio de Intendencias a Alcaldías Municipales se produjo en el año de 1,945; los Intendentes eran nombrados por el Presidente de la República mientras los Alcaldes principiaron a ser electos por el pueblo. De ese año a 1,982 los municipios de todo el País debían elegir entre muy pocas opciones, porque pocas eran las personas honorables que consideraban tener la preparación adecuada para regir los destinos del municipio.
A partir del momento de la escogencia de candidatos por parte de partidos con ideología bien marcada, principiaba el proceso útil y práctico; pocos los aspirantes porque el cargo era mas bien honorífico, sueldos bajos, dietas inexistentes, cero privilegios y nada de negocios ilícitos. Durante esos años la codicia no tocaba las puertas de los sinvergüenzas para postularse, salvo en casos excepcionales.
Luego del derrocamiento del Presidente Lucas García por parte del Ejército, se eligió la Asamblea Nacional Constituyente que, entre otros cambios y beneficios, creó el famoso “situado constitucional” para las municipalidades, que cambió de raíz la concepción anterior de postularse para servir y llegó la aspiración avariciosa de convertirse en funcionario municipal para servirse con la cuchara grande.
Desde 1,985 proliferó el número de candidatos y la riqueza ilícita ha venido privilegiando a muchos de estos “funcionarios municipales”, convirtiéndolos en nuevos ricos y potentados gracias a la multiplicidad de negocios turbios que hacen, muchos de ellos de una manera totalmente descarada; el sueldo, las dietas, viáticos, gastos de representación, etc. que son jugosos, apenas les sirven para sus “chicles”; el prestigio y la honorabilidad es lo que menos les importa; la mayoría piensa que “la vergüenza pasa pero el pisto se queda en casa”.
Aquí en Huehuetenango el abanico de candidatos es grande; suman una docena y no es porque por docena sean mas baratos; es que cada uno de ellos tendrá motivos suficientes, honorables o no, para acceder a la Municipalidad.
Ha llegado la hora en que nosotros les daremos el empleo que solicitan; como propietarios de esta institución que se llama Huehuetenango, tenemos el derecho y la obligación de seleccionar al mejor; en ello van cuatro años de progreso o de total deterioro dependiendo de nuestro voto. ¡No podemos equivocarnos una vez más! ¡El futuro de nuestra familia y de nuestro pueblo es el que está en juego!
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