domingo, 11 de septiembre de 2011

EL DÍA “D”:

Con este nombre se conocía el momento en que, durante la Segunda Guerra Mundial, se iniciaría la gran acometida y contra-invasión de Europa por parte de los ejércitos aliados para sacar, por el poder de las armas, a las llamadas “Fuerzas del Eje” que tenían en su poder buena parte del viejo continente; encabezados por Alemania, Japón e Italia, pretendían apoderarse del mundo.
La fecha únicamente se supo el día en que comenzó la gran operación (6 de Junio de 1,944) que dio como consecuencia la derrota total de los países mencionados y la victoria final de la libertad en contra de la opresión; del bien sobre el mal; en fin, de la liberación de los pueblos oprimidos, principalmente por los “nazis”. Habría de transcurrir mas de un año para la rendición total de los ejércitos opresores.
Hoy, desde nuestro particular punto de vista, puede producirse “El Día “D”” para la conclusión de una era negativa para Guatemala y de una época nefasta, vandálica, de total retroceso y absolutamente destructiva para Huehuetenango; hoy puede ser el principio de la total liberación de las “fuerzas del mal” que tanto daño han hecho a nuestro pueblo; hoy, dependiendo de la forma como depositen su voto los ciudadanos, puede iniciarse una era de cambio, de desarrollo y de progreso para el País en general y para Huehuetenango en particular.
Hoy, a pocas horas después de salir a luz el número 467 de nuestro semanario “Aquí Huehuetenango” sabremos quienes triunfaron en este proceso electoral y esto dará pie para la alegría de muchos y la tristeza y desesperación de otros tantos.
Pero aquí lo importante es mantener la calma; quienes han bregado en la “política criolla” guatemalteca, específicamente “candidatos jugados”, saben positivamente que pudieron ser objeto de engaños terribles por parte de quienes les juraron fidelidad, recibieron sus regales de todo tipo, obtuvieron dinero y prebendas por toda la campaña política, pero al final votaron según sus intereses o su conveniencia. La traición en la “política criolla” es como un deporte favorito para los actores de este “juego”, que mientras siga ausente la ética y la moral en todos los estratos de partidos políticos y comités cívicos, seguirá presente por “los siglos de los siglos…”
Me pregunto: ¿Cuántos candidatos de distintos colores se sintieron triunfadores en la presente contienda? ¿Quiénes basaron su estrategia de campaña en estudios serios no sesgados? Solo aquellos que lo hicieron sabrían la verdad “verdadera”; los otros, los que fueron engañados por las “concentraciones”, los abrazos, las sonrisas, las falsas promesas y demás actitudes ilusorias y falsas, ellos, este Día “D”, habrán fracasado.
Pero el juego de nuestra “política criolla” debe concluir el día de hoy; debemos aceptar los resultados fríos de la contienda, luego de analizar lo que hicimos y lo que dejamos de hacer; nadie mas que “los perdedores” son culpables; no se vale echarle la culpa de nuestra negligencia a otros que quizá, quisieron advertirnos de nuestra real posición en el favor de los ciudadanos empadronados, para, talvez, “enderezar” el camino.
Hoy, todo está consumado; el pueblo en general, independientemente de las diferencias numéricas, debe aceptar los resultados electorales y todos juntos volver al camino de la unidad y del trabajo, en búsqueda de un destino mejor para nuestros hijos y nietos y para nosotros mismos.
Los nuevos funcionarios electos, sean quienes fueren, pertenezcan al partido que sea, necesitan del apoyo total del pueblo, para “sacar adelante a Guatemala”; Huehuetenango es parte de esta pequeña gran Nación y merece nuestro mejor esfuerzo a partir de hoy.
Así lo demandan los principios de este sistema democrático que hemos escogido.

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