INUTILIDAD:

Aunque no les agrade a muchos tenemos que afirmar que lo poco o nada que se ha hecho por parte de las autoridades responsables de la seguridad de la vida y bienes de las personas, si es algo, no ha servido para nada y por lo consiguiente es como que si las cosas, las mismas autoridades no quieren que cambien, por lo mucho que les podría convenir este desastroso estado de cosas. Nos referimos específicamente al robo de vehículos que en ningún momento a disminuido de manera que lo pudiésemos notar, al robo de celulares que cada día se plantea como un problema crítico y al asalto y robo de viviendas y negocios que semana tras semana se incrementa para echar por tierra todo lo que se ha dicho con relación a que la delincuencia e inseguridad disminuyen, tal como afirma el gobierno. Por lo menos aquí en Huehuetenango en vez de ir a la baja, la delincuencia se ha incrementado exponencialmente en lo que va de la actual gestión gubernamental. Los reportes oficiales así lo confirman. La semana que ha concluido, además de los consiguientes robos de vehículos, en donde, principalmente las personas afectadas afirman que existen bandas delincuenciales que cuentan con cierto apoyo de elementos oficiales, en ningún momento se ha detenido a pesar de las medidas de maquillaje que se han venido tomando y que perdonen, pero no sirven para “maldita sea la cosa”. Lo dijimos y lo afirmamos ahora: Mientras no se termine la connivencia y no se desintegren, o en su caso, no se exterminen o extingan dichas bandas delincuenciales con ramificaciones oficiales, el problema no acabará y motos y pick ups, principalmente, seguirán siendo motivo de un gran negocio. Ahora la preocupación de la ciudadanía huehueteca ha subido de punto: Varios golpes asestados de manera espectacular por esas estructuras del crimen organizado que actúan con total impunidad, ingresaron a varios negocios consiguiendo un botín nada despreciable: La nada despreciable suma de mas de millón y medio de quetzales por unas cuantas horas de “trabajo” en horas de la noche. Supuestamente los ladrones, usaron herramientas variadas y principalmente almádanas para romper paredes y abrir boquetes; en horas de la madrugada, cuando “el músculo duerme y la ambición descansa”, nadie oyó los duros golpes de las almádanas sobre las paredes; ni las personas que viven cerca, ni los huéspedes de un hotel, ni los integrantes de “la vigilancia privada” que debiera estar por ese lugar, ni muchísimo menos, los elementos de la Policía Nacional Civil en sus distintas ramificaciones; pero si alguien oyó y quiso comunicarse vía teléfono con la PNC, seguramente, por ser horas inhábiles, nadie les contestó el teléfono; o si les contestaron, todavía estarán esperando que llegue la patrulla…Eso es lo “normal”… Estamos viviendo dentro de un sistema “de seguridad ciudadana” que, por lo menos aquí en Huehuetenango, está colapsado, es fallido o no sirve para nada o todo a la vez. Aquí, si hay Gobernador…ni visto ni oído; es simplemente una figura que no llega ni a decorativa; si existe “jefe” de la PNC, por lo consiguiente; y cuando “el gato” carece de colmillos y garras, los ratones están en permanente fiesta; siguen haciendo lo de costumbre: gestar los múltiples beneficios que les otorga su posición de “autoridades”. ¡Que pena! Es francamente increíble que en un Departamento tan grande, con tantísimos problemas de seguridad por resolver, con tanta frontera que cuidar, con enorme flujo de combustibles de contrabando, convertido hace tiempo en uno de los principales corredores para el narcotráfico, no tengamos autoridades competentes y trabajadoras porque se dice que para nombrar a los que desafortunadamente están, le metieron “una goleada” al Presidente de la República.