¿CUAL, LA PRISA?

En estos últimos días Guatemala se ha visto sorprendida por algunas actuaciones poco comunes en el entorno nacional: 1.- El juicio en contra de los generales Ríos y Sánchez, programado para el mes de Agosto, se adelanta varios meses de manera intempestiva, el “tribunal” emprende una carrera alocada y sin respetar el debido proceso, condena a Ríos y absuelve a Rodríguez; fueron tales los errores (¿A propósito?) que se cometieron en el afán de entregar la condena en contra del ExJefe de Estado, principalmente a representantes de países extranjeros siempre presentes en el juicio (incluyendo “embajadores”) que la Corte de Constitucionalidad debe intervenir (ante la pasividad de la Corte Suprema de Justicia) para enmendar la plana, enderezar el procedimiento y ordenar su re-inicio a partir del 19 de Abril; por supuesto se anula el fallo y los interesados, principalmente, ponen “el grito en el cielo”; ya nos acostumbramos a la alharaca internacional que los financistas de este tipo de movimientos “zurdos” hacen, aunque gasten millones de dólares y euros para lograr sus propósitos no siempre muy éticos, que digamos.

2.- Ante el mayor hermetismo posible, el Gobierno de los Estados Unidos ordena, a los súbditos guatemaltecos siempre dispuestos a servir de alfombra, que se extradite con la mayor celeridad del mundo al Ex Presidente guatemalteco, Lic Alfonso Portillo Cabrera, internado por varios padecimientos de su organismo en el Centro Médico Militar; ni a los gringos (que son los policías mundiales), ni al Estado de Guatemala, les importa lo que dicta la Convención de Viena para estos casos, ni que todavía estén pendientes de resolver algunos recursos legales a favor de Portillo en la instancias judiciales guatemaltecas lo que impediría dicha extradición. Lo trataron de una manera indigna desde que lo detuvieron en tiempos de Colom, olvidándose de que fue el primer mandatario de la Nación, electo por una gran mayoría de votos, solo comparable a la elección del Dr. Arévalo, hasta el momento de llevarlo secuestrado, a la Fuerza Aérea Guatemalteca.

Esta indignidad solo nos recuerda lo que los mismos gringos hicieron al Presidente Jacobo Árbenz a quien, cuando lo mandaban exiliado a México, llegaron al colmo de desnudarlo en el Aeropuerto La Aurora después de derrocarlo con el llamado movimiento de “liberación nacional” ordenado, planificado y ejecutado por “los mismos”. También nos recuerda que, para llevarse preso a Manuel Noriega, Presidente de Panamá, también invadieron ese País, sin importar la vida de nadie; la cosa era demostrar que son ellos los que mandan y que pueden hacer, casi en cualquier lugar, los que se les viene en gana. Eso sí, nunca pudieron con Fidel Castro, ni con Hugo Chávez, tal vez porque esos pueblos, sí tienen dignidad nacional.

Siempre hemos dicho que la ley debe respetarse y que los guatemaltecos podemos resolver nuestros propios problemas sin injerencia o intervención extranjera. Quien en juicio justo resulte responsable de la comisión de un delito, cualquiera que sea, debe recibir el castigo que merece. Pero que aceptemos primero la intervención de MINUGUA y ahora la aberrante participación de la CICIG en asuntos internos, resulta un insulto para todos los guatemaltecos, pero que nuestros propios gobiernos soliciten su continuidad, no tiene nombre.

Pero estas prisas, que ya hemos mencionado, seguramente tienen “un mar de fondo” que por ahora desconocemos; pero estoy seguro que mas adelante lo sabremos con exactitud.

Mientras tanto, solo deseo recordar dos sentencias premonitorias: “Con la misma vara que mideis, sereis medidos…Y una cuarta mas” y… “Ojo por ojo y diente por diente”. Y, agregamos: “Al que le venga el guante, que se lo plante”.