FÚTBOL

Tal parece que en Guatemala, por los últimos acontecimientos de tipo político que estamos viviendo y que ocupan grandes espacios en los medios de comunicación social, ya no queda espacio para otros asuntos de interés general que debiéramos tomar en cuenta porque forman parte del desarrollo integral de la juventud.

            Por ejemplo, tendríamos que interesarnos mas porque nuestros hijos reciban una educación de calidad tanto a nivel público como privado; que los guatemaltecos de escasos recursos reciban la mejor atención en salud que se pudiera; que los muchos problemas que existen y por los cuales no se prestan los servicios públicos integrales que el pueblo necesita para vivir mejor, sean prestados satisfactoriamente por los gobiernos central y municipal y un largo etcétera mas.

            Y si todo aquello que es de primera necesidad, el pueblo deja de recibirlo por quienes tienen la obligación de prestarlo en virtud de los mismos tributos recibidos, ¿Qué podemos esperar de todo lo relativo al deporte?

            El fútbol que es el deporte mas popular y seguramente uno de los mas económicos para su práctica, está prácticamente abandonado; ya ni siquiera los profesores de educación física de los distintos niveles educativos le prestan atención, menos otras organizaciones que supuestamente se dedican a su superación.

            En Guatemala, desde tiempos inmemoriales, el fútbol está regido por la Federación Nacional de ese deporte que cuenta con una asociación departamental y muchas municipales en todo el País; ellos, supuestamente, rigen todo lo relativo a su práctica, desde la “dichosa” Liga Mayor, pasando por la primera, segunda, tercera divisiones; divisiones especiales, juveniles, infantiles y demás.

            Se supone que además de la enseñanza y la práctica de este deporte, debieran velar por la integridad física de todos aquellos niños, adolescentes y jóvenes que se han federado en cualesquiera de las categorías existentes. Porque si no se preocupan ni siquiera por la seguridad de los elementos que se han inscrito con todas las de ley en sus equipos, principiando por el mantenimiento adecuado de las instalaciones en las cuales se practica el deporte; porque estas tengan seguridad y porque no se programe jamás un partido en un estadio o cancha en donde se corre un riesgo evidente para los “visitantes”, entonces ¿Para que diablos están organizados?

            Lo primordial entonces, además de la enseñanza y la práctica, es no poner en riesgo jamás, la integridad física de los deportistas en general.

            Desafortunadamente aquí en Huehuetenango existe un municipio en donde la conflictividad social ha llegado a extremos impensables; es el municipio de Santa Cruz Barillas en donde, por la supuesta instalación de una hidroeléctrica, los ánimos están terriblemente caldeados; incluso se tienen que lamentar la pérdida de vidas humanas, destrozos y toda clase de desmanes; los líderes negativos han hecho una labor de zapa entre la sociedad que está dejando una secuela terrible en lo que siempre he llamado “el granero de Huehuetenango”. Precisamente en estos días las cosas se han puesto de lo peor.

            Y no obstante esta situación riesgosa y conflictiva para todos, las entidades futboleras programan un partido definitorio en el cual, un equipo huehueteco enfrentaría al cuadro local. Era lógico que los ánimos se desbordarían y así sucedió en efecto; hubo amenazas previas, insultos, golpes y todo lo imaginable para amedrentar a los visitantes. Gracias a Dios y porque el equipo huehueteco perdió, tal como ellos querían, la sangre no llegó al río. ¿Qué hubiera pasado si ganan? No quiero ni pensarlo.

            El dinero que se mueve dentro del fútbol, los obnubila, los ciega y los pervierte hasta el extremo que no ven mas allá de su nariz y solo piensan en las utilidades que engrosarán su ya abultada cartera. Lo demás…les vale m …