LAMENTABLE POLARIZACIÓN

Seguramente uno de los eventos que desde hace un par de meses está ocasionando una división y polarización como pocas han ocurrido después de la firma de los llamados Acuerdos de Paz del año de 1,996, es el juicio en contra de los militares retirados Efraín Rios Mont y José Rodríguez Sánchez que, en su momento, ocuparon puestos importantes en la cúpula militar y estatal de nuestro País.

Ambos llegaron a esos puestos de decisión gubernamental en el año de 1,982 por disposición de la oficialidad joven de aquel entonces que había tomado el poder, deponiendo al entonces Presidente de la República General Romeo Lucas García quien, con todos sus allegados, hubo de marcharse al exilio.

Recuerdo con claridad meridiana que, por medio de TGW Radio Nacional de Guatemala, se hicieron constantes llamados públicos al General Rios Mont para que se presentara al Palacio Nacional a dirigir el gobierno; la voz que mas se escuchó en aquel momento histórico insistiendo en dicho requerimiento, fue la del recientemente fallecido Lionel Sisniega Otero, una de las voces de lo que en 1,954 se conoció como la estación de radio clandestina “La Voz de la Liberación Nacional” que, según decían, transmitía “desde algún lugar secreto” del País, pero según se conoció después, sus aparatos siempre estuvieron en la Embajada Norteamericana porque ese gobierno (USA) promovíó y financió el derrocamiento del Coronel Jacobo Arbenz Guzmán.

Ríos Mont por fin se presentó y formó parte de un triunvirato complementado por el General Horacio Maldonado Shaad y por el Coronel Francisco Luis Gordillo Martínez; luego el primero se proclamó Presidente de la República.

Eran los días cruciales del conflicto armado interno en el que los grupos guerrilleros querían tomar el poder por la fuerza de las armas mientras que el Ejército Nacional cumplía su deber constitucional defendiendo la institucionalidad; era pues, una guerra interna en la que el pueblo sufría las embestidas de la “guerra de guerrillas” que destruía y quemaba instalaciones públicas y privadas, socavaba y dinamitaba carreteras, caminos y puentes; torres eléctricas se desmoronaban a fuerza de explosivos; estallaban bombas y granadas en lugares impensables (como el Parque Central de la capital), secuestraban y asesinaban empresarios, embajadores, periodistas, familiares de funcionarios, etc., con tal de lograr sus propósitos y muchos etcéteras mas.

Mientras tanto el Ejército contra-atacaba como podía y con lo que tenía; se mataron muchos mayas porque, mayoritariamente, ambas facciones en su inmensa mayoría, estaban integrados por indígenas de todas las etnias; murieron miles de ellos en ambos bandos porque los “ladinos” en la mayoría de los casos, resguardaban su integridad física, colocándolos a ellos como “carne de cañón”.

“Fusiles y Frijoles” y “Alimentos por trabajo”, así como la creación de las Patrullas de Auto Defensa Civil, fueron las principales estrategias que se utilizaron para frenar el avance de la insurgencia en la época de Ríos Mont en cuyos planes, según entiendo, jamás existió la idea de “acabar” a tiro limpio, con una etnia en particular.

Al final el Ejército triunfó en la guerra militar pero perdió todas las demás; no se instauró nunca un gobierno comunista o socialista a ultranza como deseaba la insurgencia pero todas sus “estrellas” se convirtieron en funcionarios públicos de altísimo nivel y hasta lograron fabricar para ellos, un premio nobel.

Hoy se establece uno de los eslabones mas importantes de la cadena como lo es el juicio por “genocidio” que no es precisamente en contra de los encartados; coincidentemente se inicia otro por una matanza guerrillera. Según los resultados, los juicios continuarán hasta que “el tejido social” cruja, se rompa y se inicie algo peor por lo que ya pasamos. ¡Que Dios nos ampare ante los intereses espurios de esta gente que solo piensa en los millones que reciben del extranjero para hacer añicos al País!