ANARQUÍA…?

Una mirada superficial sobre la situación política de nuestro País es mas que suficiente para saber que, a pesar del mas absoluto optimismo con que queramos ver la cosa pública, por todas partes andamos “de la patada”.

Uno de los mas poderosos medios escritos de Guatemala recientemente publicó un trabajo investigativo sobre la manera como en, relativamente poco tiempo, ha cambiado sustancialmente el “statu quo” de una persona que actualmente ocupa uno de los mas altos cargos de la Nación que hoy tiene propiedades multimillonarias, calculadas en dólares; afirma y publica fotografías de la vida principesca de miembros de su familia. Y que bueno sería que ese altísimo tren de vida fuera el producto de un trabajo honrado y decente, pero se dice que es el erario público el que soporta este enorme peso.

Sabemos de diputados y altos funcionarios que han llegado con una mano atrás y otra adelante y que hoy forman parte del “jet set” de la sociedad guatemalteca, en donde, lejos de recibir el repudio de la colectividad, son objeto de “besamanos” y genuflexiones hipócritas e interesadas. ¿Por qué? Porque en ese entorno casi todos están corrompidos: Funcionarios públicos y gerentes de la iniciativa privada caminan “del brazo y por la calle” en pos de negocios turbios pero millonarios.

El desconsuelo de la población, la frustración de la gente honrada, en la mayoría de las ocasiones, se traduce en el “mutis” preservador de la vida o en los chistes que hacen brotar la carcajada estridente y luego lágrimas silenciosas, solo por saber lo poco que podemos hacer para corregir una lamentable situación como esta.

En cuanto a los trescientos y pico de gobiernos municipales la situación no es diferente: Cada Alcalde, con las rarísimas excepciones de siempre, se preocupa, mas que por arreglar la situación de su jurisdicción y sus pobladores, por recuperar lo mas pronto posible la inversión que erogó para llegar al puesto y luego, no puede faltar la millonaria “utilidad” que esperan, en complicidad con sus allegados de la misma institución y empresarios privados, para que al final de su “administración”, ellos y su generación, vivan sin preocupaciones económicas y con lujos que antes de ser políticos, nunca soñaron.

Pero se ha visto, a todo lo ancho y largo de nuestra sufrida patria, que las llamadas corporaciones municipales (supuestos “cuerpos colegiados” que, en la mayoría de los casos de corporación no tienen nada), integradas por síndicos y concejales, muchos de los cuales compraron su candidatura y llegaron a estos puestos no porque alguien haya votado directamente por ellos sino que todos votaron por el candidato a la alcaldía a quienes ellos financiaron, no están preguntado quien “se las debe” sino que la población tiene que pagarles su inversión. En ese sentido existen en el territorio guatemalteco, tremendas peleas a lo interno de esos cuerpos ediles, no por trabajar en beneficio de sus vecinos, sino por exigir que sus “dietas” sean cada vez mas altas y por supuesto pretenden “sacar raja” de cuanto les caiga en las manos; todo quieren moverlo a base de “mordidas” y exacciones ilegales vergonzosas y cínicas. En algunos lugares del País la cosa está tan fea que corporaciones divididas por la codicia y la ambición desmedida, pretenden asestar un “golpe de estado” al Alcalde electo (que no les da lo que ellos quieren) para colocar al concejal primero que, siendo mas ignorante y corrupto que el resto, les entregará, suponen, las llaves de la caja del tesoro.

Los relajos conocidos a nivel nacional entre los que se cuenta el incendio de edificios municipales, domicilios de funcionarios municipales destruidos y también quemados y manifestaciones “populares” pagadas por los interesados, son apenas una muestra de lo que nos espera.

¡Que Dios nos cuide y nos ampare de esta podredumbre ignara!