ABUSOS INTOLERABLES
Seguramente Ud. se habrá molestado mucho porque está haciendo fila, o como solemos decir popularmente, haciendo cola en un banco, en el IGSS, en la SAT, en la Empresa Eléctrica, en la Muni y de pronto ve que llega alguien, hombre o mujer jóvenes y sin ningún recato ni vergüenza se “cuelan” hasta colocarse en el primer lugar, y lo peor, nadie les dice nada y el encargado de la ventanilla, les atiende con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Pero Ud. no sonríe, todo lo contrario, frunce el seño, se muerde los labios, se entierra las uñas y maldice porque lleva horas, probablemente, de estar esperando.
Los
encargados del control y de la ventanilla o no se dieron cuenta o los
“mordieron”…
Habla
por teléfono para solicitar una cita en una clínica, un centro privado, en el
Hospital, con un profesional o un funcionario y la persona que lo atiende le
concede la cita para las nueve de la mañana y Ud. se prepara muy temprano para
llegar antes de la hora y lo hace. Pero a la hora de su cita hacen ingresar a
otra persona; Ud. protesta y la señorita le dice “Es que fíjese que…”; alguien
abusó, pero ¿Quién?: La persona que ingresó a la horade su cita, la secretaria
que lo engañó, o el personaje que atiende el lugar, quién?¿?¿.
Ud.
ha sido una persona responsable que prepara cosas de su trabajo con suficiente
tiempo de anticipación porque no está acostumbrado a que “le coja el dedo la
puerta”. Por lo tanto solicita a las personas encargadas que le separen
espacios, turnos, recursos humanos y de toda índole, que se anoten
cumplidamente en los libros que corresponde, para evitarse traslapes y
molestias que Ud. no necesita ni quiere. Y así se hace. Ud. queda tranquilo
porque todo se ajusta a su planificación
Pero
¡Oh! Sorpresa; un grupo de personas que no tienen el monopolio de nada ni el
apoyo que debieran, saltan a la palestra con las espadas del bochorno y del
abuso incalificables en mano y dispuestas a atacar y bajo el argumento de
escandalizar si no se les hace caso, exigen espacios previamente comprometidos
que, al final se les otorga, precisamente para evitar actitudes bochornosas
que, dentro de ciertos niveles culturales, jamás debieran ocurrir. ¡Abuso,
extralimitación, exceso, producto de la soberbia, del autoritarismo y la
prepotencia¡ ¿A cuenta de que?
Y
para finalizar: El abuso criminal. En este mismo semanario reportamos que una
señora se fracturó porque al descender de una unidad del transporte colectivo,
el piloto abusivo e inconsciente, no detuvo el bus el tiempo necesario para que
dicha señora pudiera bajarse con la seguridad de no tener problemas de ninguna
índole. Y esto, señoras y señores, no tiene nombre. A todos los abusivos que
hacen gala de su perniciosa ignorancia rayana en la estupidez, debieran darles
el castigo que merecen, pero sobre todo a estos que ponen en riesgo la
integridad física de los usuarios; a estos abusivos criminales debieran
decomisarles la licencia de conducir, de por vida. Eso es lo que merecen todos
estos cafres.
Todos
aquellos que transgreden normas bien establecidas para una convivencia
pacífica, se les debiera “disciplinar” ejemplarmente para que se ubiquen en el
lugar que les corresponde y no se salgan de su “jaula”.
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