DEL CIELO A LA TIERRA

La tecnología de punta ha llegado al punto de ocasionar verdaderos “terremotos” internacionales; veamos como se han resquebrajado las relaciones entre naciones “aliadas” que ahora ya no lo son tanto, a raíz del descubrimiento del espionaje de la CIA de los Estados Unidos hacia los principales funcionarios de las naciones ”amigas” de Europa, Asia y América, principalmente.

            Los Presidentes y Primeros Ministros espiados, probablemente seguirán cultivando relaciones político-económicas con los gringos, pero la desconfianza primará entre ellas. Un conflicto internacional futuro evidenciará el resquebrajamiento de relaciones exteriores que, evidentemente, ya no serán las mismas.

            Parte de la política ha sido y lo seguirá siendo el espionaje, la traición, la calumnia, la injuria, la mentira, la invención de tramas espantosas y una serie de lindezas que, en los últimos tiempos han sido utilizadas para todo tipo de relaciones entre estados y personas en las que, los constructores de las tramas, manejan intereses demenciales.

            La generación de anonimistas por ejemplo, esos cerdos (con perdón de estos animales) empantanados de grasa, con minúsculos cerebros y escaso sentido común, principiaron su historia con manuscritos pletóricos de odio y amenazas de muerte; siguieron con las máquinas de escribir para posteriormente usar el teléfono de magneto y siempre han tenido el mismo perfil: Una total y absoluta cobardía; son incapaces de dar la cara a sabiendas de que su caligrafía, el tipo de máquina y la voz, siempre los identificó.

            Posteriormente pasaron al teléfono de disco, celular e internet en todas sus manifestaciones, para seguir emborrachándose con el veneno que vierten en cada anónimo para violentar, acusar falsamente y tratar de desprestigiar a quienes consideran sus enemigos. La pregunta aquí sería ¿Será que alguna vez tuvieron amigos?

            Que triste es que cuando uno pregunta quien o quienes consideran Uds. que son capaces de implementar estas porquerías, no solo el índice sino los dedos gordos de todos los consultados en encuestas informales, apuntan a los mismos sujetos. Nadie tiene dudas al respecto.

            Luego, lo que decíamos antes, la tecnología de punta señala con exactitud el IP de las computadoras de donde se originan estos desaguisados sin importar los candados o la encriptación a la que hayan sido sometidas. Lo mismo ocurre con los celulares.

            Los gringos se equivocaron con sus espionajes; los anonimistas, con mayor razón; tarde o temprano la vindicta pública los señalará inequívocamente para extirparlos como cáncer malsano y letal.

            Porque el título de esta columna es tan sabio como la filosofía popular: “Del cielo a la tierra nada quedará oculto”.