CASO EMBLEMÁTICO:

No puedo resistir la tentación de escribir esta semana de un caso que puede convertirse en el símbolo de la impunidad, del tráfico de influencias, de la superchería y del caos total en el sistema de justicia; pero también puede representar a la justicia total, a la protección de la familia y a todo lo que signifique el honor, la lealtad y el amor entre los núcleos familiares guatemaltecos.

            Me refiero al sonado caso Siekavizza que se inicia el 6 de julio de 2,011 cuando desaparece Cristina, esposa de Roberto Barreda (hoy capturado) y quien desaparece como que si se la hubiese “tragado la tierra”; se dijo que a raíz de una discusión entre ambos, el la habría golpeado terriblemente hasta matarla.

            El 3 de Agosto del mismo año, Barreda desaparece llevándose a sus dos hijos y nadie puede determinar su destino; semanas después se aprehende a su madre, señora Ofelia de León exmagistrada y expresidenta del Organismo Judicial acusada de obstrucción a la justicia.

            Mientras tanto las autoridades del MP de Guatemala ofrecen recompensa por información fidedigna de su ubicación, llueven datos que resultan ser falsos; el MP realiza gran cantidad de allanamientos y desenterramientos en busca del cadáver de Cristina, pero todo resulta ser infructuoso.

            Mas de dos años después del origen de estos acontecimientos se transmite en el programa de televisión “Primer Impacto” la historia sucinta del Caso Siekavizza y esto es suficiente para que un supuesto vecino del Fraccionamiento Paraíso Maya en Mérida, Yucatán de la República Mexicana, escriba un correo electrónico dirigido al grupo “Voces por Cristina” en donde indica que los niños y el papá, viven en este lugar.

            Afortunadamente autoridades mexicanas y guatemaltecas actúan con celeridad y confirman los datos recibidos; el viernes 8 de Noviembre se produce la captura del implicado y el rescate de ambos niños; son los abuelos maternos de los chiquillos quienes acuden, gracias al apoyo del Presidente Pérez Molina, a la ciudad de Mérida, a recogerlos.

            El sábado a la una de la mañana llegan en el avión proporcionado por la Presidencia, abuelos y nietos, al Aeropuerto “La Aurora”; horas mas tarde, a las siete de la mañana, traen al ahora prisionero.

            Aquí debemos agradecer al furtivo y anónimo colaborador porque, gracias a su correo, las autoridades nacionales y mexicanas reaccionaron como debían despejando una inquietud que nos molestaba a todos.

            La custodia de los niños está a cargo, mientras las autoridades judiciales toman la decisión definitiva, de los abuelos maternos que, seguramente, los protegerán de muchísimas cosas incómodas y perjudiciales como seguramente les tocará vivir; por ellos y para ellos, familia y autoridades, deberán tomar todas las medidas preventivas y de protección que necesitan ahora mas que nunca.

            En cuanto a Barreda, a quien la mayoría considera poco menos que un monstruo, deberá recibir un juicio justo y la defensa que la ley manda; tal vez sus declaraciones hagan luz en cuanto a lo que ocurrió aquel aciago 6 de Julio de 2,011.

            ¡Que se sepa la verdad y que se haga justicia! Tal es la consigna en este caso  paradigmático.