RETAZOS HISTORICOS

Corría el  l9 de Octubre de 2,006 con las consabidas lloviznas y un poco de frío en todo el territorio nacional conforme a la estación lluviosa de esta época del año; todo parecía normal, tal vez porque las redes sociales aún no funcionaban en toda su plenitud como ahora; de pronto, principió la alarma; de alguna manera las noticias comenzaron a fluir y cundió el pánico; se decía que el Banco del Café, el cuarto mas poderoso del País, había sido intervenido porque estaba a punto de quebrar. Al frente de esta institución bancaria estaba un político que pintaba para candidato presidencial.

            El Presidente de la República era Oscar Berger y el político en cuestión, su Secretario Privado. Aún no se comprueba pero se afirma que por esa cercanía entre el uno y el otro la Super-Intendencia de Bancos no actuó oportunamente para evitar la debacle. Y la bancarrota se dio, afectando en sus intereses a miles de guatemaltecos que confiaron sus ahorros en el Grupo Financiero del País y que aún, la mayoría de ellos, no recuperan su dinero; algunos murieron en el camino y otros deambulan por la vida sin ilusiones ni esperanzas.

            La ambición, la avaricia, la falta de escrúpulos, el irrespeto a las leyes bancarias y de todo tipo, destruyeron parte de la vida de los ahorrantes; así terminaba la aventura de quienes hicieron piñata con el dinero ajeno. Algunos de los directivos responsables están en la cárcel, otros siguen huyendo de la justicia.

            El 25 de Febrero de 2,007 se sabía de otro atraco multimillonario por gente corrupta, avariciosa y sinvergüenza que dirigía el Banco de Comercio de Guatemala que, también sin ningún tipo de escrúpulos, con el auxilio de empresas de cartón dentro y fuera del País y la complicidad de mafiosos enquistados en determinadas instancias bancarias, comerciales y gubernamentales, estafaban un mínimo de quinientos veintitrés millones de quetzales a cerca de tres mil confiados clientes y cuentahabientes que habían depositado su patrimonio; su ahorros de toda la vida en cuentas de ahorro y monetarias que desaparecieron como el humo.

            Era un historia triste que se repetía en un breve lapso. La mayoría de estos directivos sin ningún tipo de escrúpulos están prófugos y uno que otro guarda prisión. Pero yo pregunto: ¿Servirá de algo a quienes perdieron todo lo que tenían (algunos se suicidaron, otros fallecieron por paros cardíacos, algunos quedaron inválidos por derrames cerebrales) que pocos delincuentes de cuello blanco estén en la cárcel?

            Creo que todos quisieran recuperar su dinero; tengo amigos que tienen años de añorar la devolución, pero esto parece estar en la cola de un venado o mas bien, en la de un avión supersónico.

            Como son entidades que se dedican a captar el dinero de los confiados ciudadanos y cuyos mafiosos directivos los han embaucado criminalmente, es bueno que recordemos que una cooperativa huehueteca, dirigida con sesgos inconfesables, también con pensamiento sui-géneris de parte de directivos corruptos, hizo perder sus ahorros de toda la vida a cientos de personas, quebrando a la institución y quebrantando la confianza y la fe de sus asociados.

            ¡Cuánto cuesta, con trabajo honrado, ahorrar algunos centavos que sirven en el presente y mas servirán en al futuro inmediato, para que vengan sujetos innobles, mañosos, corruptos y sucios a destruir vidas nobles, quienes por tomar decisiones que únicamente les interesan a ellos desde el punto de vista económico, despilfarran y dilapidan el dinero que no les pertenece!

            Como mínimo, quienes los eligen para esos cargos, debieran estar seguros de que son personas intachables, íntegras, honestas; en ningún caso debe seleccionarse a políticos, mucho menos a quienes tengan antecedentes nada ejemplares.

            ¡Cuidado! ¡Echen pan en su matate! ¡Los controles establecidos pueden dejar de funcionar!