domingo, 14 de septiembre de 2014

OPERATIVOS POLICIALES:

Todas las semanas, desde hace mucho tiempo, nosotros reportamos en la columna correspondiente, robos de vehículos que suman hasta 19 por semana; y ello se refiere a aquellas personas que presentan la denuncia ante las autoridades de policía; pero sabemos que existe otra porción poblacional que no tiene confianza en las fuerzas de seguridad ni siquiera para denunciar un ilícito.
            Y es que la experiencia en ese sentido es muchas veces dolorosa; recuerdo que hace años, los ladrones tuvieron “la bondad” de ingresar subrepticiamente a las casa en la que yo vivía; había montado un estudio de grabación de audio porque era indispensable contar con ese equipo para desarrollar mis labores habituales; una noche, super cansado de las labores del día, caí rendido en mi habitación; estaba tan cansado,  me pusieron un tranquilizante o me hicieron aspirar algo para dormir que nunca percibí que estaban vaciando mi estudio de grabación. Lo cierto es que al día siguiente, me llevé la desagradable sorpresa porque se habían llevado mi equipo completo. Lo denuncié a la policía, llegaron a tomar huellas y declaraciones, me hicieron perder mucho tiempo en los días sub-siguientes pero jamás hubo resultados positivos para mí; nunca supe quienes habían entrado a mi casa, mucho menos recuperar algo de lo robado.   
            Pasó el tiempo; se celebraba el “Día del Locutor” y fuimos invitados a un conocido restaurante a donde, acompañado por mi esposa, tuvimos una gratísima reunión con muchísimos compañeros de trabajo. Cuando retornamos a nuestro hogar, ante el panorama desolador que vimos al ingresar porque solo nos dejaron  lo que no se podían cargar, mi impotencia fue mayúscula. ¿A quién acudir? ¿A la policía? ¿Para qué?
            Salimos rápidamente para descubrir alguna pista, alguna huella o algo…pero nada; hice investigaciones y pude saber quién había dirigido la “operación”; me dieron muchas ganas de arrollarlo con un vehículo de cuatro ruedas que conducía el día que lo encontré, pero El Señor me detuvo a tiempo y hasta ahí nada más…
             Por eso yo sé el sentimiento de frustración que embarga a quienes les roban algo y comprendo a quienes se abstienen de denunciar; de manera que las estadísticas oficiales nunca son exactas. Aquí se roban muchos más vehículos de los que tenemos registrados y para neutralizar esos ilícitos se montan operativos muy evidentes que solamente descubren a conductores que no tiene sus papeles en orden pero que no son delincuentes. Los ladrones están bien resguardados porque van un paso adelante que la policía.
            Operativos callejeros en los que participan elementos del ejército y policiales, sin la preparación adecuada, colocados en lugares absurdos y peligrosos como curvas, subidas y bajadas poniendo en riesgo la vida y seguridad de transeúntes, conductores y operadores que no lograrán jamás los resultados que se esperan. ¿O es a propósito?.

            ¿Qué pasó con la inteligencia civil y militar para desintegrar las bandas delincuenciales, para descubrir lugares de venta y distribución de repuestos de vehículos robados? Si no atacamos a los vendedores y compradores del botín robado y destruimos las gavillas que se dedican al transporte y comercialización ilícita jamás terminaremos con esta lacra. No se olviden: “Muerto el perro se acabó la rabia”. (Significa desintegrar la organización, no matar a los ladrones).  

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