OPERATIVOS POLICIALES:
Todas
las semanas, desde hace mucho tiempo, nosotros reportamos en la columna
correspondiente, robos de vehículos que suman hasta 19 por semana; y ello se
refiere a aquellas personas que presentan la denuncia ante las autoridades de
policía; pero sabemos que existe otra porción poblacional que no tiene
confianza en las fuerzas de seguridad ni siquiera para denunciar un ilícito.
Y es que la experiencia en ese
sentido es muchas veces dolorosa; recuerdo que hace años, los ladrones tuvieron
“la bondad” de ingresar subrepticiamente a las casa en la que yo vivía; había
montado un estudio de grabación de audio porque era indispensable contar con
ese equipo para desarrollar mis labores habituales; una noche, super cansado de
las labores del día, caí rendido en mi habitación; estaba tan cansado, me pusieron un tranquilizante o me hicieron
aspirar algo para dormir que nunca percibí que estaban vaciando mi estudio de
grabación. Lo cierto es que al día siguiente, me llevé la desagradable sorpresa
porque se habían llevado mi equipo completo. Lo denuncié a la policía, llegaron
a tomar huellas y declaraciones, me hicieron perder mucho tiempo en los días
sub-siguientes pero jamás hubo resultados positivos para mí; nunca supe quienes
habían entrado a mi casa, mucho menos recuperar algo de lo robado.
Pasó el tiempo; se celebraba el “Día
del Locutor” y fuimos invitados a un conocido restaurante a donde, acompañado
por mi esposa, tuvimos una gratísima reunión con muchísimos compañeros de
trabajo. Cuando retornamos a nuestro hogar, ante el panorama desolador que
vimos al ingresar porque solo nos dejaron
lo que no se podían cargar, mi impotencia fue mayúscula. ¿A quién
acudir? ¿A la policía? ¿Para qué?
Salimos rápidamente para descubrir
alguna pista, alguna huella o algo…pero nada; hice investigaciones y pude saber
quién había dirigido la “operación”; me dieron muchas ganas de arrollarlo con
un vehículo de cuatro ruedas que conducía el día que lo encontré, pero El Señor
me detuvo a tiempo y hasta ahí nada más…
Por eso yo sé el sentimiento de frustración
que embarga a quienes les roban algo y comprendo a quienes se abstienen de
denunciar; de manera que las estadísticas oficiales nunca son exactas. Aquí se
roban muchos más vehículos de los que tenemos registrados y para neutralizar
esos ilícitos se montan operativos muy evidentes que solamente descubren a
conductores que no tiene sus papeles en orden pero que no son delincuentes. Los
ladrones están bien resguardados porque van un paso adelante que la policía.
Operativos callejeros en los que
participan elementos del ejército y policiales, sin la preparación adecuada,
colocados en lugares absurdos y peligrosos como curvas, subidas y bajadas
poniendo en riesgo la vida y seguridad de transeúntes, conductores y operadores
que no lograrán jamás los resultados que se esperan. ¿O es a propósito?.
¿Qué pasó con la inteligencia civil
y militar para desintegrar las bandas delincuenciales, para descubrir lugares
de venta y distribución de repuestos de vehículos robados? Si no atacamos a los
vendedores y compradores del botín robado y destruimos las gavillas que se
dedican al transporte y comercialización ilícita jamás terminaremos con esta
lacra. No se olviden: “Muerto el perro
se acabó la rabia”. (Significa desintegrar la organización, no matar a los
ladrones).
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