¡LA TEMPESTAD!
Que escribamos sobre la tempestad en los últimos días de Marzo, aquí en Huehuetenango, donde el Señor del Universo nos regala un clima cálido y seco, sin el menor asomo de lluvia o un fenómeno similar, parece cosa de locos. Sin embargo no podemos sino pensar en el conocido refrán que dice que “hay quienes ven la tempestad y no se arrodillan”.
Desde hace meses se ha venido consolidando un sentimiento de repudio generalizado por algunas decisiones municipales que adolecen de lógica, de sentido común, de inteligencia y hasta carentes de sentimientos humanitarios.
Esto se inicia entre los meses de Abril y Mayo del año anterior cuando principian a salir a luz pública determinaciones equivocadas y evidentes signos de corrupción hasta el punto que desde este semanario, sugerimos al alcalde que revocara los contratos que favorecieron a 23 “gerentes” que asumieron responsabilidades junto a el y que pidiera la renuncia de determinados munícipes cuya presencia sigue siendo nociva para los intereses del municipio. Por supuesto, ni siquiera lo tomó en cuenta.
Mientras tanto con la “asesoría” de “su gente”, inició un enfrentamiento con la empresa de cable “Astro Satélite”, echó a la empresa recolectora de basura “Aseos del Valle”, pidió dinero a candidatas a “Señorita Huehuetenango”, se hizo del control del equipo Xinabajul, efectuó trabajos deficientes en el puente Sacumá, sucumbió ante parches o chapuces carísimos en calles de la ciudad, autorizó mas y mas ventas callejeras, ha contaminado la cabecera con miles y miles de bolsas de basura y actualmente, no puede con la terrible carestía de agua entubada que agobia al vecindario; esto, entre muchos otros “asuntillos” que pintan la actual administración municipal como la peor desde el año de 1,945.
El apoyo de unos 6,000 ciudadanos empadronados que votaron por el (un 16%) ha disminuido ostensiblemente aún cuando ha prescindido de los servicios de 3 o 4 de sus “gerentes” (uno de ellos asesinado por desconocidos); aún le quedan “fans” entre sus familiares, amigos, correligionarios, beneficiarios de los contratos y uno que otro que todavía creen que le dará trabajo; pero no mas que eso.
La aversión generada por los ediles salta a la vista y ese sentimiento de frustración y cólera, lo escribimos hace muy poco, se está saliendo de control; la furia contenida en el espíritu de pobladores, otrora mansos corderos, los está convirtiendo en peligrosos entes capaces de cualquier cosa: Linchamiento de tres presuntos delincuentes, un camión quemado, policías y civiles heridos pueden ser solo el asomo de algo mucho mas “gordo”; pero ellos “ven la tempestad y no se arrodillan”; puede ser que la voracidad y la avaricia los tenga sordos, mudos y ciegos.
Las advertencias de vecinos publicadas en diferentes medios de comunicación sobre que si no los respetaban ellos se harían respetar, se han comenzado a concretar y eso, señores, es muy mala “seña” y quienes pretenden arrogarse funciones que no les competen debieran pensarlo dos veces y actuar con dignidad y decoro. A la municipalidad esto se le fue de las manos y aunque estos problemas tienen solución, no serán ellos precisamente, quienes la puedan consolidar.
¡La soberbia y la prepotencia pasan factura!
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