OBSTÁCULOS I

No es que pretendamos solo señalar las cosas negativas que se ven y que ocurren en la ciudad de Huehuetenango, porque también escribimos de lo que nos parece que está bien en cualquier ámbito; es que hay situaciones que no debieran darse en un lugar que, como este, da cobijo a personas cuya aparente cultura tendría que incidir en el desarrollo, progreso y mejoramiento ostensible de todo lo que a la misma cabecera departamental compete.
Lamentablemente no es así; tanto que dentro del mismo Parque Central y sus alrededores-ya no digamos en lugares mas alejados del centro-vemos y sentimos cosas totalmente desagradables (sería mejor decir abominables) que no debieran jamás ocurrir entre nosotros.
En la 2ª calle, desde la 1ª hasta la 4a avenidas de la zona 1 (pero principalmente entre la 2ª y la 4ª) sujetos no identificados las han tomado como servicios sanitarios públicos; eso significa que los desechos humanos de toda índole dejados ahí, principalmente en horas de la noche y madrugada y que no son capaces de retirar totalmente los sufridos obreros del tren de aseo municipal, con la “fermentación” ocasionada por los rayos del sol de la mañana siguiente, sacan a luz espectáculos y olores nauseabundos capaces de provocar el vómito de los mas pintados que necesariamente tienen que transitar por esos lugares desde tempranas horas. ¿Qué pensará el turismo nacional y extranjero que se atreve a visitar esta ciudad que antaño se conoció como la tacita de plata? ¿Cómo nosotros, que vivimos permanentemente aquí, soportamos tal vileza?
Los alrededores del Parque “topados” con ventas de todo tipo que tomaron por asalto los corredores de la Gobernación y de la Municipalidad ya no digamos de los sectores abiertos, mientras los taxistas tienen asegurado su estacionamiento privilegiado y las sexo-servidoras sus bancas convertidas en “muestrario” de la mercadería que ofrecen a diestra y siniestra y que es “la mas antigua del mundo”.
Ahí también “conectan” sus aparatos de amplificación “moros” y cristianos que, a grito pelado, invitan a su manera a quienes quieran dejarse seducir, para seguir ciertas doctrinas que ya no se sabe de donde salieron y que tienden directamente, por el lugar y el momento en que se producen, para que los “charamileros” que ahí abundan dejen la botella de “cusha” o “el cuto” y se pongan a trabajar en algo positivo.
Con o sin remodelación del Parque esto seguirá igual por los siglos de los siglos mientras mantengamos la ingobernabilidad que es la que ha sido tan permisiva hasta para que nos roben calles, aceras, parques, corredores oficiales y lo que les venga en gana a quienes, con permiso o sin el, con mordida o sin ella, con paga o sin paga, invadieron los principales sectores del centro histórico de nuestra ciudad y la convirtieron poco menos que en pocilga.
Si un padre de familia o un maestro, a petición de parte, explica claramente a sus hijos o alumnos para que sirven calles, aceras, parques, corredores y demás, esa ilustración que llega en el hogar o en el establecimiento educativo será destruida por las vivencias que los mismos niños sufren diariamente implantándose un dilema mental difícil de solucionar a su corta edad: ¿Qué pasa? ¿Por qué las explicaciones paternales y magisteriales no coinciden con la realidad?...
¡Vamos! La unión hace la fuerza, en este caso, para encontrar e implantar las medidas correctivas adecuadas para volver al buen camino.