¿QUE NOS PASA?

Considero al Ministro de Gobernación como una de las mejores piezas en el equipo gubernamental pero ante el avance, pareciera avasallador, de la delincuencia, ha logrado aciertos indiscutibles con las llamadas “Fuerzas de Tarea” en donde las hay, pero ha tambaleado en aquellos sectores que, como Huehuetenango, carecen de estos operativos permanentes y por lo tanto, reina la impunidad, los delincuentes se sienten protegidos porque, supuestamente, pagan por la complicidad y hasta el acompañamiento para cometer sus desmanes que nos tienen al borde de la desesperación. Lo peor es que, en este Departamento fronterizo se ve de todo, menos acciones plausibles de las fuerzas de seguridad locales y ya es hora de que “se pongan las pilas” para meter en cintura a esas bandas delincuenciales que hacen lo que se les da la gana porque se sienten apoyados y en total impunidad por la “colaboración” que reciben de malos elementos oficiales que se enriquecen con la “protección” que otorgan. No es imponiendo el uso de cascos y chalecos como el robo de motos se va a terminar, como no se va a curar el cáncer administrando aspirinas. Para acabar con la delincuencia se necesitan medidas radicales mediante el uso de la inteligencia civil y militar, que seguramente iniciaría la desintegración total de las bandas delincuenciales a cuyos elementos hay que probarles fehacientemente sus fechorías para hundirlos en la cárcel la temporada que merezcan; porque tampoco vamos a seguir como con una tal “Joselita” a quien han detenido 17 veces sindicada de robo y a quien han tenido que soltar la misma cantidad de veces porque han sido incapaces de probar sus delitos. Huehuetenango merece respeto y eso es lo menos que hemos recibido de las autoridades centrales desde la génesis de los nombramientos; incapacidad total es lo que hemos sufrido. Deben terminar “YA” con el robo de tres vehículos diarios como mínimo y sin cuenta teléfonos móviles cada día de la semana. ¡Que esperan, señores! ¡Seguridad ofrecieron, Seguridad queremos!