domingo, 21 de octubre de 2012

LA SERENATA

La serenata que se celebra el 31 de Octubre para amanecer primero de Noviembre, denominada “Serenata del Día de Los Santos”, junto a la del Miércoles Santo, conforman la dupla que, como una sola, significan una de las hermosas tradiciones huehuetecas que nos identifican y distinguen a nivel internacional, porque es única un su género en la República de Guatemala.

La tradición oral huehueteca ubica sus orígenes en las postrimerías del siglo antepasado pero la historia escrita nos habla de que se inicia oficialmente, el 31 de Octubre de 1,940, en la casa de la Profesora Guadalupe Soto, cuya dirección actual es la esquina de la 3ª calle y 3ª avenida de la zona 1.

Sin nos tenemos que atener a la historia escrita la serenata del Día de los Santos estará cumpliendo setenta y dos años pero si nos avocamos a la tradición oral ya rebasaría un siglo de existencia.

Durante los muchos años que lleva de existencia se han respetado sus orígenes: Música romántica interpretada por nuestro instrumentos nacional, La Marimba; por conjuntos de cuerdas, vocalistas e intérpretes solistas, pero fundamentalmente el núcleo central de la serenata, constituido por melodías propias para llegar a lo mas profundo del corazón de la mujer amada. Eso no ha cambiado ni cambiará nunca.

La visita obligada al Cementerio General, principalmente por conjuntos de marimba, siempre programó esa música especial inolvidable pegada a la tradición: Despierta, Tus Ojazos María, Lágrimas de Thelma, Bajo la sombra de tus ojeras, Paisanita, Soledad, Mis Tristezas, Ven, Migdalia Azucena, entre otras.

¿Qué en los últimos años la tradición ha cambiado? Responder que no sería tanto como pretender “tapar el Sol con un dedo”. Ha cambiado y mucho. ¿Para bien, para perfeccionarla como una tradición hermosa? Seguramente que no porque ha venido degenerando en conciertos, competencias irrazonables, estridencias, bailes, pachangas, mercado de comida y bebida, relajos, etc.

Pero estoy seguro que existen muchas personas que están felices con el cambio: Los comerciantes a ultranza, personas que “nada que ver” con la cultura ancestral huehueteca, gente que vive acá pero cuya identidad es diferente, la muchachada amante del relajo y algunos mas.

La tradición, no obstante el esfuerzo de la Casa de la Cultura de Huehuetenango que posee un Acuerdo Gubernamental de hace veinte años que indica claramente cómo debe actuarse en las noches de serenata, se está perdiendo porque todos, autoridades y pueblo, nos hemos pasado, el acuerdo y la tradición, por “el arco del triunfo”.

Si deseamos rescatar aquello que en un momento nos llenó de orgullo, así mismo autoridades y pueblo, debemos sentarnos en una mesa de discusión para saber realmente qué es lo que queremos y partir del consenso.

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