domingo, 24 de febrero de 2013

CULTURA DE EXTORSIÓN Y CHANTAJE

A consecuencia del mal manejo de la cosa municipal que se dio en la administración anterior que propició que se integrara una “empresa” que se fundó notarialmente con el evidente propósito de hacerse cargo de todas las actividades municipales, desde simples eventos deportivos y artísticos hasta grandes obras de infraestructura, principió no solo la debacle social fundamentaba en el conocimiento del exceso de codicia y ambición de los munícipes, sino, por esa misma ambición desmedida, principiaron otro tipo de problemas como son los casos de la basura y el agua.

Ante el lamentable ejemplo de quienes supuestamente estaban al frente de dicha administración, sujetos ambiciosos y negativos decidieron “entrarle” a la corrupción a sabiendas de que tendrían éxito, porque ya lo dice la sabiduría popular: “En río revuelto, ganancia de pescadores”.

Habitantes de ciertas comunidades de Chiantla, bajo la dirección e incitación de elementos codiciosos, devenidos en escoria política, provocaron la destrucción de la tubería de conducción del agua potable a la ciudad de Huehuetenango y para permitir arreglarla, solicitaron dinero; se los dieron luego de aprovecharse del asunto para su propio beneficio; aquello se volvió un permanente chantaje con visos de extorsión que sigue y si no se sienta un precedente con base en la ley, seguirá sempiternamente.

Con el asunto de la basura, luego de iniciar aquella dichosa “empresa” que dio pie para que todo esto ocurriera, un proceso de “liquidación” del señor Jorge Mérida del Valle que hacía muy bien el trabajo, fueron “del tingo al tango” sin encontrar solución, hasta que habitantes de un caserío de Malacatancito, mediante una negociación ante autoridades del gobierno central, representantes de la sociedad civil y algún representante inepto de la municipalidad, llegaron a un acuerdo mediante el cual se construiría ahí el vertedero municipal a cambio de compensadores sociales a los que se comprometieron los mencionados. Nunca se firmó nada que se pareciera a lo que establece la ley sobre la concesión que la Municipalidad debe otorgar para un servicio público que, por obligación, debe prestar; y el chantaje y la extorsión se ha presentado: Otra comunidad impide el paso de los vehículos prestadores del servicio de extracción de los desechos sólidos, exigiendo dinero y obras.

Bloquean carreteras, ocupan edificios, toman rehenes, tapan calles y avenidas de las ciudades exigiendo lo que se les pega la gana y el gobierno “de la mano dura” es incapaz de ponerlos en cintura.

Llegamos al extremo, aquí en la ciudad de Huehuetenango, que a lo sumo, un par de decenas de adolescentes (obviamente “dirigidos” y financiados por la escoria política de la que hablamos) toman un edificio educativo, violan el derecho que la gran mayoría de estudiantes del Ciclo Básico y Diversificado poseen constitucionalmente, cometen el delito de allanamiento, amenazan públicamente a las autoridades constituidas, convierten el centro educativo en punto de jolgorio y orgías permanentes y le “soban” literalmente la cara al Ministerio de Educación y al Presidente de la República y no pasa nada.

En todos los casos, las actitudes merecen castigos ejemplares porque la comisión de delitos varios existe; sin embargo, “la mano dura” de la que tanto se hizo gala y la famosa “transparencia” gubernamental, brillan por su ausencia. Y es una vergüenza que a un gobierno dirigido por un “general” retirado, hasta chiquillos imberbes le “vean la cara”.

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