21 DE NOVIEMBRE
En el año de 1,857, el 21 de Noviembre, nace en la ciudad de Quetzaltenango Manuel Estrada Cabrera, hijo natural del presbítero Raymundo Estrada y de doña Joaquina Cabrera, cuyo natalicio era el 21 de Agosto. Don Manuel se gradúa de Abogado y Notario, es electo Alcalde de su ciudad, Ministro de Gobernación y a raíz del asesinato de José María Reyna Barrios, asume la Presidencia de la República en 1,898; ahí se queda hasta el año de 1,920.
Sentía un profundo y enfermizo amor hacia su madre y por
eso se supuso que muchas de las obras materiales que construyó las inauguraba
el 21 de Noviembre en honor a ella, pero la realidad es que ese era el día del
cumpleaños del “Señor Presidente”.
En Huehuetenango la Escuela que hoy se llama “Jacinta
Molina” fue inaugurada el 21 de Noviembre de 1,910 y la Escuela de Párvulos
“Edelmira Mauricio” y el Teatro Municipal, que forman parte de un solo complejo
de importantes edificios públicos, fueron inaugurados el 21 de Noviembre de
1,913.
Vale agregar que algunos de los Templos a Minerva que
existieron o existen todavía en el País, se les colocó la primera piedra o se
inauguraron el mismo día (21 de Nov) en distintos años.
En el Teatro Municipal,
pero también en las escuelas, laboraron como responsables de lo concerniente,
como jefe de albañiles don José Angel López y dirigiendo a los carpinteros don
Otto Zeissig. Era Jefe Político de entonces el señor Joaquín Mont y Alcalde 1º.
don Arsenio Estrada Mayén; al realizarse los actos protocolarios, que
principiaron a las ocho de la mañana, estuvo como representante directo del
“Señor Presidente” su Ministro de Fomento el señor Luis Mendizábal.
Entre otras cosas fueron entregadas en el acto, 450
sillas que se distribuyeron 200 para palco y 250 para luneta; también se hizo
formal entrega del piano (que Ud. ve cuando ingresa, a mano derecha en el loby)
cuyos acordes se escucharon durante muchos años en las añoradas veladas
artístico-culturales de antaño.
Fue construido como teatro escolar y así funcionó hasta
que la sociedad huehueteca principió a utilizarlo como escenario de actividades
de toda índole: veladas populares, cinematográficas, ring de boxeo, reuniones
políticas, etc. etc., etc.
Conforme comenzó la demografía en la ciudad el teatro se
hizo mas pequeño y en razón directa fue perdiendo su esencia; el “glamour” de
sus mejores tiempos y actividades se fue diluyendo mientras avanzó su falta de
mantenimiento y cuidado.
Hoy, esta joya arquitectónica que cumplió un siglo de
existencia, debiera remodelarse totalmente para convertirla en escenario de
actividades muy selectas y mas adelante, quizá, en un museo fabuloso que tanta
falta nos hace; a la par que algún empresario visionario o el propio gobierno,
levanten un gran salón de convenciones que solucionaría los problemas que
actualmente tenemos para la presentación de espectáculos de primer nivel. La
oportunidad está a la mano, porque algo así no lo tenemos y pienso que sería un
negocio espectacular.
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