DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Este sábado fue celebrado con mucha pompa y entusiasmo el “Día Internacional de la Mujer” en el cual se enaltecen las virtudes de mucha mujeres del mundo y en este caso particular, de Guatemala.
En Huehuetenango hubo un poco de
todo pero no únicamente el sábado 8 de Marzo, sino que la fiesta abarcó muchos
días de esta semana que termina, enalteciendo la figura de la mujer, pero no
una o dos en especial, sino se enalteció a la mujer como un todo.
Probablemente algunas de las muchas
organizaciones que ahora existen, han de haber querido mencionar algunos
nombres femeninos con exclusividad, pero nosotros no nos enteramos si es que en
efecto esto ocurrió.
Lo que sí podemos afirmar es que “El
Día Internacional de la Mujer” ha principiado a competir con una de las fechas
en que más se habla y se enaltece a la
mujer, pero a la que se ha convertido en madre; me refiero al Día de la Madre.
Y la diferencia es precisa: El 10 de Mayo es para la mujer convertida en madre;
el 8 de Marzo, es para todas las mujeres.
Nosotros respetamos a todas las
mujeres, convertidas en madres o no, por lo que son y por lo que representan
dentro de la humanidad, porque cuentan con una serie de elementos (que sería
largo y prolijo enumerar) que las colocan en un pedestal muy especial; por
supuesto que dentro de ellas, habrá algunas que han dejado de merecer dicho
respeto y admiración, porque se han convertido en parias y en elementos que,
lejos de causar admiración, lo que provocan es repudio total. Me refiero
específicamente a aquellas que que se salieron del molde y se han convertido en
delincuentes y criminales sin posibilidad de rehabilitación.
Admiro intensamente a aquellas
mujeres que, en medio de su pobreza, no cejan ni se rinden ante las avatares
del destino que las colocan en situaciones muy difíciles para alimentar y
mantener a sus hijos; a las mujeres que desde los trabajos domésticos muy
humildes, apoyan con toda el alma a sus hijos y a su pareja; a las trabajadoras
de la agricultura, de los hoteles y restaurantes, a quienes prestan sus
servicios en casas particulares, en maquilas, en oficinas, en hospitales, en
municipalidades y en el gobierno central; a las profesionales de la enfermería,
de la educación, de la Medicina, del Derecho y otros. Todas ellas ocupan un
lugar muy importante en la sociedad, porque se lo han ganado a pulso, demostrando su
valor, su preparación y su capacidad, premiada en puestos y reconocimientos
especiales. Porque nunca han pedido “cuotas” frente a los hombres sino que
están ahí (en el lugar justo) porque se lo merecen.
En fin, para esas mujeres valiosas
que merecen nuestro respeto y admiración, cualquier día vale para celebrar con
ellas o frente a ellas, su éxito en la vida.
Adelante, señoras y señoritas, la
vida apenas empieza.
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