domingo, 9 de marzo de 2014

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER


Este sábado fue celebrado con mucha pompa y entusiasmo el “Día Internacional de la Mujer” en el cual se enaltecen las virtudes de mucha mujeres del mundo y en este caso particular, de Guatemala.

            En Huehuetenango hubo un poco de todo pero no únicamente el sábado 8 de Marzo, sino que la fiesta abarcó muchos días de esta semana que termina, enalteciendo la figura de la mujer, pero no una o dos en especial, sino se enalteció a la mujer como un todo.

            Probablemente algunas de las muchas organizaciones que ahora existen, han de haber querido mencionar algunos nombres femeninos con exclusividad, pero nosotros no nos enteramos si es que en efecto esto ocurrió.

            Lo que sí podemos afirmar es que “El Día Internacional de la Mujer” ha principiado a competir con una de las fechas en que más se habla y se enaltece a  la mujer, pero a la que se ha convertido en madre; me refiero al Día de la Madre. Y la diferencia es precisa: El 10 de Mayo es para la mujer convertida en madre; el 8 de Marzo, es para todas las mujeres.

            Nosotros respetamos a todas las mujeres, convertidas en madres o no, por lo que son y por lo que representan dentro de la humanidad, porque cuentan con una serie de elementos (que sería largo y prolijo enumerar) que las colocan en un pedestal muy especial; por supuesto que dentro de ellas, habrá algunas que han dejado de merecer dicho respeto y admiración, porque se han convertido en parias y en elementos que, lejos de causar admiración, lo que provocan es repudio total. Me refiero específicamente a aquellas que que se salieron del molde y se han convertido en delincuentes y criminales sin posibilidad de rehabilitación.

            Admiro intensamente a aquellas mujeres que, en medio de su pobreza, no cejan ni se rinden ante las avatares del destino que las colocan en situaciones muy difíciles para alimentar y mantener a sus hijos; a las mujeres que desde los trabajos domésticos muy humildes, apoyan con toda el alma a sus hijos y a su pareja; a las trabajadoras de la agricultura, de los hoteles y restaurantes, a quienes prestan sus servicios en casas particulares, en maquilas, en oficinas, en hospitales, en municipalidades y en el gobierno central; a las profesionales de la enfermería, de la educación, de la Medicina, del Derecho y otros. Todas ellas ocupan un lugar muy importante en la sociedad, porque  se lo han ganado a pulso, demostrando su valor, su preparación y su capacidad, premiada en puestos y reconocimientos especiales. Porque nunca han pedido “cuotas” frente a los hombres sino que están ahí (en el lugar justo) porque se lo merecen.  

            En fin, para esas mujeres valiosas que merecen nuestro respeto y admiración, cualquier día vale para celebrar con ellas o frente a ellas, su éxito en la vida.

            Adelante, señoras y señoritas, la vida apenas empieza.

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