PUENTES

Al final de la semana anterior sonaron las alarmas porque supuestamente un vehículo perteneciente a un taller de estructuras metálicas llegó con equipo especial y personal dispuesto a realizar el trabajo ilícito, a sopletear las bases del marco metálico instalado para evitar que vehículos grandes y pesados, pasaran sobre el puente Bailey instalado en el denominado Puente La Unión que divide la zona 1 y la zona 6.

            Lograron su objetivo sin que ninguno de los vecinos pudiera evitarlo y a partir de ese momento, están transitando sobre esta estructura, cuyas bases están totalmente deterioradas, vehículos de todo tipo, cargados hasta el copete de materiales y de pasajeros.

            ¿Qué se conseguirá con ello? Que lo que queda de la estructura original del Puente La Unión se vaya por un tubo y que las endebles bases que sostienen todavía el puente Bailey se derrumben, llevándose consigo parte de las propiedades inmuebles que se erigen a ambos lados del puente.

            Por si esto no bastara, sabemos que desde hace tiempo el otro pequeño puente que se ubica en jurisdicción de la Granja Monte Verde en la zona 6 (Jumaj), está a punto de colapsar; también se ha tratado de protegerlo evitando que vehículos pesados pasaran por ahí; al quitarse el marco metálico que impedía que vehículos grandes transitaran por esa zona, los interesados saben que tienen luz verde y a ellos no les importa ocasionar daños trascendentes a la población huehueteca con tal de que el dinero llegue a sus bolsillos con más facilidad. Transitar por la zona 6, les economiza plata porque sus vehículos no tendrán que rodear para llegar a su destino, pero destruirán con mayor rapidez, ambos puentes.

            Me ha extrañado mucho la falta de pronunciamiento de algunos vecinos de los que viven ahí y que serán los primeros perjudicados, pero según lo que sentenció uno de los interesados, lo que pretenderían es que se acelere la caída de ambos puentes para “que el gobierno asuma la responsabilidad de reconstruirlos”. Pienso que esa manera de pensar deja de tomar en cuenta muchos elementos de la ecuación: Presupuesto disponible, voluntad política, tiempos de trabajo, daños a propiedad privada y otros.

            Aquí no es cuestión de proteger intereses particulares pasando sobre los intereses de la comunidad; debemos analizar con visión de futuro y nunca desestimar los infinitos problemas que una acción negativa, como la que estamos viendo, nos acarreará a todos los huehuetecos.

            Llamamos la atención de los interesados para que actúen no en beneficio propio sino en función de lo que conviene a la población en general.