sábado, 27 de diciembre de 2008

FIN DE AÑO

Este es el último semanario que publicamos en al año 2,008 que aún nos está dejando algunas complicaciones, el cual, al igual que el año anterior nos dejan muy malos recuerdos en el aspecto económico y una secuela de la que muy despacio y muy difícilmente vamos a salir.
En el aspecto familiar nuestro deseo sincero es que en todos los hogares de los huehuetecos diseminados por el mundo, la paz y la tranquilidad les haya acompañado para estas fiestas de Navidad y que el año entrante, con apreturas económicas o sin ellas, todos sean dichosos porque tengan trabajo, porque tengan una familia unida y porque cada uno de los miembros de la misma se superen intelectual y espiritualmente.
En el aspecto político, quienes vivimos aquí, no hemos podido encontrar hasta ahora, la solución a los muchos problemas ciudadanos que nos aquejan desde hace mucho tiempo; cada vez que tenemos que acudir a las urnas electorales, nace una esperanza en nuestro corazón pensando que las personas que van a obtener la dirigencia del País y de los municipios por voluntad democrática de la mayoría, serán las mejores personas del mundo y que trabajarán en beneficio de la población en general y no solo para enriquecerse ilícitamente con los dineros del pueblo.
Nuestra decepción siempre es mas notoria conforme el tiempo pasa y nos enteramos que “no la hacemos”; las equivocaciones en que incurrimos al depositar el sufragio, nos tienen caminando por “la calle de la amargura”; tal pareciera que en algunos casos quienes han llegado al poder en las distintas instancias, pertenecen no a un partido político o a un comité cívico, sino a una célula de un cártel perfectamente organizado de la narco-delincuencia; tan mal están las cosas...
Está muy bien visto que los únicos que están viviendo de maravilla son los que detentan el poder político y quienes se encuentran navegando en las turbias aguas de la delincuencia organizada; el resto, que somos la mayoría, unos vivimos al día, otros hemos perdido el empleo, a muchos no nos alcanza lo que ganamos para las necesidades imperiosas de la familia y a todos nos gana la desesperación que es mala consejera.
El tiempo pasa y ya nos cuesta ver una solución a la distancia; el horizonte nos aparece nebuloso y las sombras de la tormenta como que se aproximan ensombreciendo el ambiente que vivimos y respiramos; tal parece que la calma después de la tormenta está muy lejos de aparecer en lontananza...
Y la impunidad impera porque no puede ser de otra manera; algunos de los dirigentes políticos, que quizás son la mayoría, se encargan de poner el mal ejemplo; ellos delinquen de mil maneras y además abusan del supuesto poder que poseen; son prepotentes; el concepto de equidad y justicia lo tienen trastocado, acuden a la amenaza, al soborno y a las exacciones ilegales para “gobernar” y además de los jugosos sueldos legales que devengan, se llenan los bolsillos con latrocinios dignos, no precisamente de Robin Hood o Ali Baba y los 40 ladrones, sino de los mas rastreros y viles raterillos de pacotilla.
Y, palabra de honor, no es que seamos pesimistas, aves de mal augurio o cosa que se le parezca; es que esa es nuestra triste realidad. Pero tenemos la esperanza (porque es lo último que muere) que esto cambie; de alguna manera pero que cambie; nuestro Dios es tan sabio y poderoso que muy pronto nos dará la solución.

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