NOCHE BUENA Y NAVIDAD

Las calles de la ciudad de Huehuetenango ya son insuficientes para contener tantas personas y cosas para esta época.
Vean Uds.: “La ciudad de los cien topes” como la llamaba el eximio poeta don Adalberto Herrera Castillo porque solamente tiene una calle larga (la 4ª. Calle que se inicia en la Jefatura de Area de la zona 1 y concluye en el barrio mas populoso de Huehuetenango, Minerva, Zona 2), pero las demás son breves en vista de que ahí nomás, tienen tope, no tienen capacidad para que transiten vehículos pequeños, regulares y grandes cuyo número ha crecido “a mares” durante los últimos tiempos; ventas callejeras que también han crecido exponencialmente (principalmente por lo que representan para los munícipes) y que se colocan en todas las calles y avenidas que parten del Parque Central hacia el Este; los miles de transeúntes que a pié, no saben si marchar sobre las aceras arriesgándose como mínimo a una “mentada” por interrumpir las labores de los negociantes de la calle o “machucar” su mercadería o caminar por la calle exponiéndose a ser atropellado por algún vehículo que difícilmente circula por esos lugares.
Las calles y las aceras están a reventar con las ventas de todo tipo; aquí encuentra Ud. lo que busca, hasta coca si lo desea, porque ante tanto desorden y “amontonamiento”, los mas “largos” se aprovechan de la situación. Y nadie dice nada porque el dinero ilícito circula y encuentra acomodo en los bolsillos sin fondo de “ciertos funcionarios”.
Imaginemos entonces lo que ha ocurrido los días precedentes a la Noche Buena cuando, siguiendo nuestras tradiciones y costumbres, dejamos las compras para última hora y no solo las calles fueron intransitables e inseguras, sino también las empresas mas conocidas y populares estaban llenas a reventar y “ocurrió de todo”...
De la Noche Buena en familia no podemos decir nada porque esas son cosas íntimas, pero lo que sí nos llamó poderosamente la atención, fue la cohetería fenomenal que se produjo el 24 a las 12 de la noche; el cielo se llenó con la luz del estallido de las bombas pirotécnicas sino que hubo muchas luces de colores que iluminaron el firmamento saludando el advenimiento del Mesías ¡Que bueno!
El 25, para la Navidad, las calles de la cabecera departamental lucieron desiertas de vehículos y personas; que bonito circular en días así; no problem, como dirían los gringos.