ARTE HUEHUETECO

Una tarde-noche de estas del mes de Diciembre, deambulando por los pasillos del Centro Comercial “El Triángulo” en la zona 1 de esta ciudad, me encontré con una exposición de pintura, de esos cuadros pictóricos que a mí particularmente me agradan porque es arte que yo entiendo en virtud de que refleja la realidad de nuestras costumbres y tradiciones.
Me detuve a admirar a las personas cuyas características autóctonas reflejaban los cuadros, la marimba pura, los tecomates, los bellos huipiles y los trajes masculinos de nuestros indígenas, en fin, la evidencia de lo que somos y como vivimos...
De pronto se acercó hacia mí el autor de los cuadros: Una personalidad que yo conocía de vista y a lo mejor alguna vez conversamos y se presentó conmigo; es don Sarvelio López Alvarado, oriundo del bello municipio de Malacatancito en donde tiene su residencia.
Recuerdo haber escuchado muchas cosas interesantes de él y haber leído un reportaje que apareció hace algunos meses en uno de los diarios de mayor circulación a nivel nacional; cuando este reportaje apareció, tuve la intención de irlo a visitar, pero son de esos deseos que casi nunca se cristalizan.
Hablamos y me comentó que recién había regresado de una invitación que le hicieron para visitar Alemania, específicamente Hamburgo, una de la ciudades mas bellas y mas cultas del viejo continente. Fue a exponer sus pinturas que fueron admiradas y aplaudidas por gente que no sabía nada de Guatemala, ni siquiera de la existencia de la marimba, según me cuenta.
Pero además de lo que vivió en Alemania, nuestra conversación se centró en la odisea que tuvo que soportar para tratar de conseguir el apoyo gubernamental para que lo apoyaran por lo menos con el boleto aéreo; don Sarvelio viajaba a representar el arte pictórico del País, no iba simplemente a “turistear” y el periplo era por invitación expresa del País anfitrión. Lo tuvieron de Herodes a Pilatos y sus continuas gestiones parece que no conducirían a nada positivo, hasta el punto que, con la mira puesta en la exhibición de su obra en el viejo continente, dispuso solicitar apoyos particulares y de índole empresarial; no pudo con seguir el dinero necesario y tuvo que meterse a deudas para poner lo que faltaba; compró el boleto y cuando faltaban dos o tres días para el viaje, le informan del INGUAT que le habían conseguido los pasajes en una determinada línea aérea; fue demasiado tarde; tuvo que usar los que ya había pagado.
Pero está satisfecho con lo mucho que consiguió en el viaje, principalmente por los contactos que pudo efectuar; tanto así que su obra, por la exposición en Hamburgo, ha sido comentada muy favorablemente en importantes medios de los Estados Unidos y algunos países asiáticos.
Pero, luego de conversar con el pintor huehueteco nacido en Malacatancito, además de alegrarnos por su éxito, nos invade un lastimoso sentimiento de impotencia al comprobar que, a nivel gubernamental, lo verdaderamente valioso a nivel artístico e intelectual, sigue siendo un cero a la izquierda.