SEPELIO

El martes de la presente semana, al filo del mediodía, decenas de familiares y amigos acompañaron el cortejo fúnebre de quienes en vida fueron Mariano Fernando Castillo Ovalle y José Mariano Castillo Muñoz, padre e hijo, víctimas del enfrentamiento ocurrido el Domingo anterior en jurisdicción del municipio de Santa Ana Huista.
Mariano Fernando era el primer hijo varón del matrimonio integrado por Mariano Castillo Herrera y Elvira Ovalle Mont; él, un trabajador incansable que, si la memoria no me falla, principió con el negocio del traslado de mercaderías a bordo de camiones que condujo durante algunos años para, posteriormente, convertirse en cafetalero como producto de aquel gran esfuerzo inicial; ella, Elvirita, hija del matrimonio de don Tulio Ovalle y doña Consuelo Mont de Ovalle; don Tulio, uno de los pilares fundamentales de lo que fuera una empresa pionera en el País en el negocio de la harina, el Molino Elvira; doña Consuelo, una gran dama, muy señora de su casa y una compañera inmejorable porque a la par de su esposo y de sus hijos, trabajó como pocas en apoyo al “hombre de la casa”.
Mariano Fernando, desde siempre, se dedicó al negocio del café y contrajo matrimonio con la señora Emma Muñoz de Castillo; de este matrimonio nació, entre otros, José Mariano, aún menor de edad, que abrazó con entusiasmo el basket bol hasta convertirse en seleccionado nacional, un logro deportivo al cual pocos llegan.
La parca arrancó de cuajo y cuando menos se esperaba, la tranquilidad y felicidad de esta familia, cortando dos vidas de las que aún se esperaban mejores cosas. El dolor de familiares, amigos y de quienes simplemente les conocieron o escucharon de ellos, quedó patente en el cortejo fúnebre; manifestación de duelo que queda como protesta ante la violencia indiscriminada y la inseguridad en la cual vivimos.
Nuestras muy sentidas condolencias a las familias de Mariano, padre e hijo, y que el Señor les ayude en la búsqueda de una pronta resignación.