“BATAZOS” EDUCATIVOS

Realmente, a estas alturas del partido, no se sabe a que cosa está jugando el Ministerio de Educación en muchos aspectos pero principalmente a lo que toca con la carrera de Magisterio.
Hace muy poco tiempo se determinó que ya no serían cuatro o cinco los años de carrera, después del Básico, los que deberían estudiarse sino únicamente tres, como se venía dando con anterioridad; de esta manera se daba la razón a los diferentes sectores que no habían visto, con buenos ojos, aquella medida que primaba la cantidad, ante la calidad.
Pero debemos hacer mención que en la Carrera de Magisterio, tal cual era su programación antes de los “cambios”, el currículo estaba constituido por 29 cursos que, divididos en tres años, nos daban 10 para los dos primeros y 9 para el último.
En el momento de decidirse a incrementar el tiempo de estudio durante el Gobierno anterior, también se dispone aumentar el número de cursos a 64, lo que dejaba “en el tapete” de los estudiantes que deberían aprobar 16 cursos cada uno de los cuatro años de carrera. Se dio pues, un incremento del 60% (aproximadamente) en los cursos anuales pero creemos que la juventud, la capacidad y la disponibilidad de los educandos, podrían hacer posible su asimilación.
Ahora el nunca bien ponderado MINEDUC, sigue “haciendo de las suyas” y además de ordenar la disminución del tiempo de estudios a tres años, tal como estaba antes, también dispone que los educandos deben cursar las 64 materias del currículo que puso en vigencia el gobierno de Berger (en el que “ganamos todos”), lo que significa que se deberán aprobar 22 cursos en los dos primeros años y 20 en el último. ¿Cómo?
Observe Ud. que con relación al currículo anterior los alumnos tienen una carga de mas del 100% por año, en el “pensum” de formación de Maestros de Educación Primaria; esto significa que ahora le damos “vuelta a la tortilla”: Privilegian la cantidad por la calidad.
Y para mas “INRI” contratan personal que estaría mucho mejor en cualquiera otra cosa menos en la capacitación de los nuevos maestros que, a su vez, tendrán a su cargo la formación de las nuevas generaciones de niños, adolescentes y jóvenes.
¡A donde iremos a parar por Dios!