CAUDA DE TEMPORAL

Desde que comenzaron las lluvias copiosas en los últimos días del mes de Octubre, muchas comunidades del Departamento de Huehuetenango han sido afectadas con violencia inusitada por este fenómeno natural. Principalmente se ha ensañado contra los habitantes de algunas aldeas del municipio de Malacatancito y de las áreas mas pobres de otros municipios. Se supone que CONRED ya acudió con ayuda masiva y ordenada para todas las regiones afectadas.
Cada vez que vienen los días mas duros de la temporada lluviosa sabemos que personas pobres, perderán algo o mucho de los bienes materiales que con tanto esfuerzo, han logrado erigir para beneficio familiar; y esto ocurre tanto en los municipios, como en la cabecera departamental.
También sabemos que muchas de las autoridades nombradas, solo se dedicarán a paliar la situación de miseria después de ocurridas las desgracias, porque si ellos, en estricto cumplimiento de sus obligaciones como tales, tuvieran la grandeza de líderes para prever la situación (que se repite cada año), estaríamos ante una verdadera epopeya y les erigiríamos monumentos a su grandeza. Pero eso aquí, no se da.
Casas destruidas, vehículos arrastrados por la corriente de los ríos, interrupciones larguísimas de la energía eléctrica, carreteras de terracería atravesadas por grandes zanjas, carreteras otrora asfaltadas en donde surgen como hongos, grandes cráteres; propiedades inundadas, pérdidas humanas y materiales, todo causado por la lluvia y que no somos capaces de evitar tomando las medidas preventivas que se esperarían para un país pobre que no se puede permitir tanta desgracia que nos hunde más y más en la miseria.
Y cuando Ud. pregunta por que no se trabaja en ello, la respuesta que recibe es que no hay dinero; pero sí lo hay para actividades político-partidistas que solo tienen la finalidad de que el poder no se les escape; para eso sí hay millones.
¡Pobre Huehuetenango!...!Pobre Guatemala! Esta primera semana del mes de Noviembre nos ha desnudado y nos ha mostrado algo de lo peor, en que nos han convertido.